A quien pueda interesar tras haber escuchado, que no oido, lo que está sucediendo en una población que ha perseguido, desde su nacimiento no concebido, el dinero, o resíduo fecal de la relación entre indivíduos. Su existencia, no su vida, se basó en la fé ciega, o aquella propia del ignorante.
Dice, que no dijo, Averroes:
La verdad del hombre no contradice la verdad de la fé, porque la verdad es una.
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