El Parlamento británico pide la comparecencia de Mark Zuckerberg por la fuga de datos de Facebook
La Comisión Federal de Comercio de EE UU inicia una investigación y el Parlamento Europeo invita al director ejecutivo de la red social a dar explicaciones
Londres / Nueva York
Mark Zuckerberg está en el punto de mira. El Parlamento Británico ha pedido la comparecencia del director ejecutivo de Facebook por el caso de la fuga de datos de 50 millones de usuarios a la consultora Cambridge Analytica con el fin de manipular campañas electorales. La Comisión Federal de Comercio (FTC), una de las agencias que protege los derechos de los consumidores en Estados Unidos, ha iniciado también una investigación para determinar si la red social está violando con sus prácticas el consentimiento que le dan los usurarios al manejar datos personales para fines comerciales. Y el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, ha invitado al millonario empresario de Silicon Valley a dar explicaciones en el hemiciclo. “Facebook debe aclarar ante los representantes de 500 millones de europeos que su información personal no está siendo empleada para manipular la democracia”, ha dicho Tajani en su cuenta de Twitter.
"Ha llegado el momento de escuchar a un alto ejecutivo de Facebook con la suficiente autoridad para explicar este fracaso estrepitoso", ha dicho Damien Collins, el diputado británico que preside el comité parlamentario que solicita la presencia de Zuckerberg en Londres. "El comité ha preguntado insistentemente a Facebook cómo las empresas adquieren y retienen información de los usuarios, y en particular si se tomaron sus datos sin su consentimiento", ha explicado Collins, agregando que las respuestas "subestimaron consistentemente este riesgo y fueron engañosas". Además, el organismo británico que regula la protección de datos ha pedido una orden de registro de Cambridge Analytica y ha pedido que Facebook detenga de inmediato la auditoría en curso para no entorpecer el trabajo de las autoridades.
No es la primera vez que Facebook lidia con problemas relacionados con la protección de la privacidad de los usuarios. La red social debe su negocio a los datos que vende a los anunciantes, para que puedan dirigir su producto al consumidor. La FTC estadounidense, de hecho, llegó a un pacto con la puntocom en noviembre 2011, tras admitir que engañó a los consumidores al decirles que protegía su información cuando en realidad la estaba compartiendo sin informarles. La FTC se limita a decir que está al tanto de los problemas que están emergiendo a raíz del caso Cambridge Analytica y que se toma cualquier violación “muy en serio”. Si determina que efectivamente faltó a sus millones de usuarios, puede sancionarla como hizo con Google en agosto de 2012.
Zuckerberg, fundador de la red social, y Sheryl Sandberg, su mano derecha, guardan silencio. No obstante, la compañía convocó una reunión de “emergencia” con sus empleados para analizar la situación creada a raíz de la filtración de las tácticas de Cambridge Analytica y escuchar sus inquietudes.
Las acciones de Facebook han caído un 4% este martes por el temor a que el yugo regulador caiga con fuerza sobre la compañía. Se suma a la caída de casi el 7% en la jornada del lunes. El temor de los inversores es que las autoridades en Estados Unidos y en la Unión Europea refuercen la normativa sobre la protección de datos, lo que acabará limitando su margen para vender esa información y reducirá su margen de beneficio. Los analistas el American Enterprise Institute, creen que el daño del último escándalo de la red social puede ser enorme si los usuarios dejan de confiar en ella.
Facebook descubrió hace tres años el desvío de datos, pero hasta el viernes pasado no suspendió las cuentas de Cambridge Analytica y se comprometió a asegurarse de que la firma no siguiese conservando la información personal que acumuló. Esta consultora, fundada en EE UU por figuras clave en la campaña de Trump como Steve Bannon o el mecenas Robert Mercer —pero de matriz británica— está siendo investigada en Reino Unido en el marco de la supuesta interferencia del espionaje ruso en la campaña a favor del Brexit.
Tácticas agresivas
El escándalo de Cambridge Analytica está poniendo en evidencia hasta qué punto se puede llegar en la guerra por el control de los datos para influir en los procesos democráticos por todo el mundo. La consultora política contratada por la campaña de Donald Trump en las pasadas elecciones recurre a tácticas y métodos como la extorsión y los sobornos para desacreditar a los políticos que aspiran a cargos electos.
El interés en las actividades de Cambridge Analytica se redobló tras la emisión el domingo de un reportaje de la cadena británica Channel 4 en el que los directivos ofrecían desacreditar a rivales políticos con trampas con prostitutos o sobornos a un periodista que se hizo pasar por cliente potencial. Los directivos explicaban además algunas técnicas para manipular a la opinión pública, como lanzar calumnias contra candidatos: "Cosas que no tienen necesariamente que ser verdad, mientras se las crean...", dijo el presidente de la compañía, Alexander Nix, al periodista encubierto de Channel 4.
"Explorar en la vida" de los candidatos para hallar trapos sucios "puede ser interesante", dijo Nix. El presidente de la compañía añadió que se podía incluso "enviar a algunas chicas alrededor de la casa del candidato (...). Podemos traer a unas ucranianas de vacaciones. Estamos acostumbrados a operar... en la sombra", declaró.
Esta sucesión de revelaciones está movilizando a los políticos de los partidos en Washington. El comité de Comercio del Senado anunció el lunes que va a convocar una sesión para analizar el uso que hace Facebook de los datos de sus miles de millones de usuarios. Los republicanos, contrarios a la regulación, califican de preocupantes las informaciones que están aflorando sobre estas prácticas. De momento, ya hay prevista una reunión informativa de directicos de la plataforma social para este miércoles con miembros de comité jurídico de la Cámara de Representantes.
Cambridge Analytica se encarga de entregar a empresas y a organizaciones políticas, estrategias y herramientas de comunicación cruciales, basándose en el análisis de datos a gran escala (el llamado big data) y en las nuevas tecnologías. La empresa es filial de la compañía de marketing británica Strategic Communication Laboratories (SCL), y cuenta con oficinas en Nueva York, Washington y Londres. En Reino Unido, la prensa británica empezó a preguntarse sobre el papel que desempeñó la empresa en el referéndum sobre la salida de la Unión Europea en 2016, especialmente por los contactos con el movimiento pro Brexit Leave.
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