viernes, 23 de marzo de 2018

Náufragos tecnológicos- Llamazares, J.

Náufragos https://elpais.com/elpais/2018/03/23/opinion/1521798407_049868.html






Náufragos

Si en el pasado los que se sentían fuera del sistema eran los analfabetos, ahora lo son los analfabetos tecnológicos

Sucursal del Banco Santander y del Banco Popular en Madrid
Sucursal del Banco Santander y del Banco Popular en Madrid ANDREA COMAS
A la entrada de las oficinas bancarias, ancianos y no tan ancianos se abalanzan sobre el primero que llega pidiéndole ayuda para hacer las operaciones que el banco les obliga a realizar en el cajero, que son casi todas, a fin de reducir gastos en personal. La escena se repite en hospitales, oficinas, gasolineras, aeropuertos, estaciones de tren y de autobús, supermercados y tiendas self-service,y prácticamente en todos los sitios en los que el consumidor tiene que hacérselo todo, incluso pagar, porque las máquinas han sustituido a las personas. Si no entiendes el lenguaje de los ordenadores, y no digamos ya si no tienes Internet, estás perdido en el mundo, sobre todo si no interesas por tu patrimonio. Si interesas, tranquilo, que te lo facilitan todo, incluso te reciben con una taza de café y la prensa para entretener la espera.
La rapidez con la que las nuevas tecnologías se han propagado por el mundo ha hecho que a muchas personas, sobre todo las que nacieron antes de ellas, les cueste adaptarse al nuevo lenguaje que rige las relaciones económicas, sociales y de comunicación. La visión de personas mayores tratando de entender los nuevos artilugios con ayuda de sus hijos o nietos, o de algún vecino apiadado de ellas, mueve a la compasión más que a la sonrisa por más que hagamos chistes de la situación. Pero la imagen de esas personas perdidas al salir de casa porque todo ha cambiado delante de sus ojos (el funcionamiento del banco, del supermercado, de la tarjeta del autobús, del parquímetro…) debería hacernos reflexionar a todos, puesto que lo que a ellos les sucede ahora nos ocurrirá a nosotros a poco que pase el tiempo y, sobre todo, porque no es justo que la sociedad arroje de ella a su parte más débil y desasistida. Si en el pasado los que se sentían fuera del sistema eran los analfabetos, ahora lo son los analfabetos tecnológicos, que es una parte importante de la población.
En estas últimas semanas, en España, los pensionistas están reclamando un mejor trato económico por parte del Gobierno, en lo que tienen toda la razón, pero no he visto a nadie pedir con igual insistencia un trato respetuoso por parte de la sociedad a la que pertenecen, pero que los está expulsando de ella como si fueran antisistema en lugar de personas que se han quedado fuera del sistema y no por su voluntad. La sociedad de consumo no tiene corazón, pero el Estado sí debería tenerlo y legislar para que los analfabetos tecnológicos, que son muchos más de los que creemos, puedan seguir viviendo sin problema y no hundirse como náufragos en la angustia que produce saberse fuera de la sociedad.

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