sábado, 26 de agosto de 2017

John Quincy Adams.

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La foto más antigua de un presidente de Estados Unidos: ¿quién da más?

Se subasta el daguerrotipo original de John Quincy Adams, de 1843, cuando combatía el esclavismo en solitario en el Congreso



John Quincy Adams, en una imagen de archivo.
John Quincy Adams, en una imagen de archivo. HENRY GUTTMANN/HULTON ARCHIVE/GETTY IMAGES

La fotografía más antigua de un presidente de los Estados Unidos sale a subasta. Es un retrato de John Quincy Adams. Data de 1843 y se considera la pieza histórica más importante que se ofrece al mejor postor en las últimas dos décadas. En el daguerrotipo se le ve muy digno, sentado ante la cámara cuando se inmortalizó la imagen en Washington, aunque con una mirada firme y desafiante.
“Realmente puede verse en ella quién era”, señala Emely Bierman, responsable del departamento de fotografía de Sotheby´s. Adams fue el sexto presidente de EE UU, entre 1825 y 1829. Siguió los pasos de su padre. “El interés por este retrato será muy amplio, desde niños que en los colegios estudian a los presidentes americanos hasta coleccionistas de objetos históricos o fotografías raras”, anticipa. La puja está prevista para el 5 de octubre.


EL RETRATO DE LOS 50 CENTAVOS

La foto más antigua de un presidente de Estados Unidos: ¿quién da más?

S. P.
El nacimiento de la fotografía en 1839 ofreció una nueva alternativa para diseminar la imagen de los presidentes, al principio de una manera muy limitada. Existe otro daguerrotipo de John Quincy Adams en los anales de la historia. Se hizo unos meses después, en un estudio en la ciudad de Nueva York. El político la calificó de “horrible”. La imagen está ahora en la galería de retratos del Smithsonian. Sobrevivió por muy poco. Emergió en una tienda de antigüedades en 1970, donde se ofrecía por 50 centavos de dólar.

Adams se implicó mucho en la composición de esta fotografía, como él mismo describió en su detallado diario. Se hizo más de una década después de dejar la presidencia, cuando era congresista por Massachusetts. En el reverso se lee que se la concedió como regalo al entonces representante por Vermont, Horace Everett. La familia la conservó sin saber realmente el valor que tenía la imagen.
Eran años de gran tensión cuando se hizo la toma, previos a la Guerra Civil. Adams es el único presidente que sirvió después en el Capitolio. Lo hizo durante 17 años. Utilizó su prestigio para librar una batalla prácticamente en solitario contra el esclavismo. Los representantes sureños y sus aliados en el norte trataron por todos los medios silenciarlo, en su determinación por perpetuar la esclavitud.
La censura y las amenazas de sus enemigos no hicieron más que atraer la atención popular sobre sus argumentos,  el coste moral y político de mantener la esclavitud. La alianza entre los demócratas del Norte y del Sur empezó a resquebrajarse un año después de esa fotografía. Como señala Fergus Bordewich, autor de Killing the White Man´s Indian, hizo tambalear como ninguno la institución desde sus raíces más profundas.
El daguerrotipo, como señalan los expertos de Sotheby´s, es un documento muy valioso que “cristaliza” un momento clave en la historia política de América, no solo de la fotografía. El retrato, además, sale a subasta cuando múltiples ciudades de  EE UU están eliminando los símbolos de odio relacionados con figuras controvertidas de la Confederación, tras el acto de violencia racial, con una mujer muerta en Charlottesville (Virginia).

Esclavos afroamericanos

Horace Everett era uno de sus pocos aliados del presidente Adams, su kinsman (pariente) como se puede leer en la nota escrita a mano. La historia que hay detrás del retrato, por tanto, tiene un mensaje provocador para los líderes políticos modernos y les recuerda que los derechos que se reconocieron a los esclavos afroamericanos están vinculados a la libertad de todos los ciudadanos. No hay vuelta atrás.
A lo largo de su vida se realizaron más de 60 retratos de John Quincy Adams. Eso, en la era de la fotografía tirada con un móvil, equivaldría a colgar varios miles de autorretratos en Instagram o Snapchat. “La operación se hace en medio minuto,pero todo parece incomprensible”, comentaba el protagonista sobre el proceso. Existen otras versiones, pero no son originales.
Aunque técnicamente es la fotografía más antigua, William Henry Harrison posó dos años antes. Tampoco es la primera foto de John Quincy Adams. Su primer retrato es de 1842. Pero como la de Harrison o no sobrevivió al paso del tiempo o nunca emergió entre la pila de documentos que acumula la historia. De ahí hasta Barack Obama, el primer presidente en hacerse un retrato en 3D.
El valor de la fotografía se estima en unos 200.000 dólares (217.000 euros). Un daguerrotipo similar de John C. Calhoun se vendió por 338.500 dólares en 2011, nueve veces más de lo previsto en el tanteo inicial. Si la puja por la fotografía original del presidente Calhoun es un referente, la de Adams podría acercarse a los 2,2 millones de dólares. Esto la situaría entre las 20 fotografía más caras.


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