miércoles, 5 de septiembre de 2018

Natura non facit saltum

Naturaleza y diversidad humana, estudios evolucionistas Raúl Gutiérrez Lombardo, Jorge Martínez Contreras y José Luis Vera Cortés (Eds.), México: Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano (cefpsvlt), 2013

Natura non facit saltum 
Lineo

La evolución biológica se refiere concretamente al cambio continuo de los sistemas biológicos a lo largo del tiempo. Esta transformación es mediada por el adn: la macromolécula que contiene el registro de la historia evolutiva de los organismos. En este sentido, la evolución humana debe entenderse también como el proceso de cambio a lo largo del tiempo, pero específicamente de la especie humana, desde sus orígenes –hace alrededor de 6 millones de años– hasta hoy. La evolución humana, entonces, tiene lugar cuando el linaje homínido se separa del linaje del chimpancé (con quien compartimos un ancestro común) e inicia su diferenciación, marcada principalmente por la bipedación y la dramática expansión del cerebro (Ayala, 2006), seguida de una larga cadena evolutiva en la que el hombre ha adquirido una serie de rasgos fenotípicos que lo hacen diferente del resto de los simios. Estas diferencias no son sólo de tipo anatómico, por lo que diversas disciplinas han sumado esfuerzos en el estudio de la evolución de la especie humana. Raúl Gutiérrez, Jorge Martínez y José Luis Vera, en su libro Naturaleza y diversidad humana, estudios evolucionistas se proponen informar sobre el estado actual de dichos estudios, específicamente desde el enfoque de la paleoantropología, la taxonomía y la biología evolutiva. Casi todos los artículos del ejemplar fueron publicados en la revista Ludus Vitalis. El trabajo abre con la aportación de Cela-Conde y colaboradores, quienes se proponen aclarar la duda sobre la clasificación de los linajes humanos. Los autores destacan seis consideraciones generales (p. 2). Primera: los humanos evolucionaron de ancestros “no humanos”. De hecho, el linaje homínido evolucionó en el continente africano hasta la aparición del Homo erectus, hace 1.8 millones de años. Hasta la fecha, el primer homínido conocido es el Ardipithecus ramidus, que vivió hace 4.4 millones de años. No obstante, se desconoce si pertenece a la línea de descendencia de los humanos modernos (Ayala, 2006). Segunda: los descendientes colaterales de los ancestros de los humanos pertenecen 

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