Sanidad alerta a la UE del abandono de tratamientos por la homeopatía
Un documento interno denuncia la muerte de pacientes oncológicos tras optar por esta pseudoterapia, que el ministerio considera “un riesgo para la salud” de la población
Barcelona
El Gobierno español ha trasladado a la Unión Europea (UE) la conveniencia de cambiar la legislación vigente sobre la homeopatía. Y lo ha hecho con la posición más contundente nunca adoptada por un Estado miembro contra esta terapia, cuyas propiedades no están avaladas por la evidencia científica. España ha denunciado ante la UE que “se han producido casos de fallecimiento de pacientes oncológicos que dejaron tratamientos con evidencia científica por productos homeopáticos”. También que la actual normativa “es un riesgo para la salud” de los ciudadanos y que “la homeopatía forma parte de las terapias basadas en la pseudociencia”.
Así lo recoge un documento interno del Ministerio de Sanidad, al que ha tenido acceso EL PAÍS, que resume la posición que España trasladó a la Comisión Europea y al resto de países en la reunión informal celebrada los días 10 y 11 de septiembre en Viena. Al encuentro acudió el secretario general de Sanidad, Ricardo Campos, que sustituyó a última hora a la exministra Carmen Montón, que afrontaba la crisis que desembocó en su dimisión. Tras el relevo de Montón por María Luisa Carcedo, Campos ha sido sustituido por Faustino Blanco. En una entrevista publicada este viernes por este diario, Carcedo alertó del “daño que puede hacer optar por una terapia alternativa que no ha demostrado evidencia científica”.
Según fuentes de Sanidad, Campos no repartió el documento entre sus interlocutores, pero sí se basó en él para fijar la posición española. El texto sostiene que considerar los productos homeopáticos como “medicamentos” incumple la directiva 2011/83 de la UE, que establece que estos “deben poseer propiedades curativas o preventivas que deben constatarse a través de la evaluación científica”. Según Sanidad, todo ello produce “una confusión en la población en relación a las propiedades de estos productos [...] que puede incluso llegar a ser mortal”, concluye el documento.
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La posición de Sanidad está avalada por una serie de estudios realizados por la Universidad de Yale, informa Javier Salas. Tras analizar la evolución de más de 600 pacientes de cáncer, los investigadores concluyen que el riesgo de morir no solo se multiplica si se opta por una terapia alternativa en lugar de por la medicina convencional, sino que esto también ocurre cuando se siguen ambos tratamientos a la vez. El 34% de pacientes que complementa las terapias oncológicas con otras no demostradas acaba abandonando la quimioterapia, porcentaje que se reduce al 3,2% entre quienes solo siguen la primera. En radioterapia, estos porcentajes son del 53% frente al 2,3%. Con estos datos, los investigadores concluyen que el uso de las terapias alternativas se asocia a no seguir las recomendaciones de los oncólogos y, por tanto, a un aumento de la mortalidad.
El aviso que lanza España a la UE se suma a la creciente controversia que ha rodeado a la homeopatía en los últimos tiempos. Reino Unido ha dejado de financiarla este mismo año en la sanidad pública. Francia, que financia el 30% de su coste por el sistema público, ha anunciado que va a evaluar su eficacia. Y en Italia, aún no se han apagado los rescoldos de la polémica que causó en mayo de 2017 la muerte de un niño de siete años por las complicaciones de una otitis tratada con productos homeopáticos y no con antibióticos.
“Hemos estado 25 años vendiendo estos productos como medicamentos en las farmacias, los médicos los recetan, hay universidades públicas que los ofrecen en sus cursos, colegios de médicos con secciones de homeopatía... El mensaje que se ha dado a la población es que esto es algo seguro y respetable. ¿Qué pensábamos? ¿Qué esto no iba a traer consecuencias?”, se lamenta Elena Campos Sánchez, doctora en Biología Molecular y presidenta de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas.
“Se ha instalado la idea de que la homeopatía no hace daño y eso es muy pernicioso. Será azúcar, pero si estás enfermo y lo tomas en lugar de un medicamento avalado por decenas de estudios, estás poniendo tu vida en riesgo”, añade Jesús Fernández. Este farmacéutico, con una oficina en la Gran Vía madrileña, fue obligado a comparecer ante la Comisión Deontológica del Colegio de Madrid por negarse a vender estos productos.
Lo acaecido en España en los últimos años corrobora las denuncias de los críticos con la homeopatía. La Universidad de Barcelona (UB) canceló en marzo de 2016 su máster en homeopatía por “falta de base científica”. Fue uno de los casos más llamativos de la progresiva retirada de la hasta hace poco común oferta académica —posgrados, asignaturas, cátedras financiadas por empresas del sector...— en centros de educación superior como la UNED y las universidades de Valencia, Zaragoza, Córdoba, Sevilla y Salamanca, entre otras.
Entre los Colegios de Médicos, la presencia de secciones de homeopatía era frecuente hasta hace muy poco. Los de Madrid y Las Palmas las cerraron el año pasado, mientras que el de Barcelona aún la mantiene pero ya ha empezado los “trámites para que deje de existir”, aseguró ayer un portavoz. Entre los que siguen apostando por esta disciplina —apenas media docena— destaca el de Valencia (el tercero con más afiliados de España), cuya presidenta, Mercedes Hurtado, no oculta su posición complaciente hacia ella.
Casi todas las fuentes consultadas consideran que la laxitud de la legislación ha ayudado a la homeopatía. Un real decreto dio en 1994 una autorización provisional a estos preparados —la industria inscribió 19.000— a la espera de una orden ministerial que nunca fue aprobada. En 2007, otro real decreto ya no establecía ninguna autorización, por lo que estos productos pudieron seguir vendiéndose. En 2001, una directiva europea reconocía el carácter de “medicamento” de los preparados y, en 2008, Sanidad intentó aprobar la orden pendiente, pero se topó con el rechazo de los laboratorios, a los que obligaba a pagar tasas por cada preparado. Algo parecido ocurrió en 2013.
El resultado ha sido que ahora hay unas 20.000 presentaciones en las farmacias en una especie de limbo legal, lo que les exime de pagar tasas y permite incluir en los envases que tienen indicaciones terapéuticas no avaladas. La orden 425/2018 del Ministerio de Sanidad, publicada en el BOE el pasado mes de abril, viene a poner orden en el sector. Dio tres meses de plazo a las empresas para presentar los dosieres de sus productos a la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS). Los que pretendan tener alguna utilidad terapéutica deben presentar estudios e investigaciones que lo corroboren. Si no, deberán comercializarse informando de que carecen de ella.
Las empresas también deben empezar a pagar al ministerio tasas por cada producto que quieran vender. No es un detalle baladí, porque la homeopatía es un negocio cuyas empresas productoras facturan en España más de 40 millones de euros al año. Una cantidad en descenso —Boiron, la mayor empresa del sector, ha perdido un 20% de facturación en dos años—, pero que solo supone una pequeña parte de todo el dinero —si se incluye el margen de las farmacias, consultas médicas, cursos, materiales formativos, etcétera.
Este diario ha tratado, sin éxito, de recabar la opinión de la Sociedad Española de Medicina Homeopática y otros agentes sobre el documento de Sanidad.
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