sábado, 15 de septiembre de 2018

La fealdad de la muerte

La muerte es fea. 
El luto, la memoria, es bella.
El olvido, la no memoria, es fea.
La comunicación presencial, propia y la telemática, es bella.
La comunicación referida, la memoria, es bella.

La muerte en los creyentes es bella, por cuanto es esperada la comunicación presencial, pero no por sí misma.

La muerte en los creyentes intermediados por la Iglesia es fea, por cuanto esta utiliza la no comunicación presencial como condena de castigo y no como esperanza de acuerdo.


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