Vivir, es beber, comer y descansar (tener casa habitable, agua y calor.)
Morir, es no beber, no comer, no descansar (no refugiarse del frío y el calor (tener casa habitable. Tener casa con agua y calor)
Los 500.000 muertos por la austeridad en España que no existieron
Un error estadístico provoca la publicación de un estudio que asegura que la crisis provocó "más muertes que la Guerra Civil"
Es fácil asociar mentalmente los recortes en sanidad con un empeoramiento de la salud de la población. Lo difícil es demostrar y cuantificar esa relación. Esta semana se publicaba en la importante revista de la Asociación de Salud Pública de EE UU un estudio sobre la mortalidad que provocaron en España las "políticas de austeridad" después de la crisis de 2008. "Para el período de seis años de 2011 a 2016, se espera que el exceso de muertes atribuibles a las políticas de austeridad supere las 540.000 muertes atribuidas a la Guerra Civil española en la primera mitad del siglo XX", concluía este estudio, que firman investigadores de la Universidad de La Laguna. Una cifra brutal, medio millón de muertos, más que una guerra que desangró en bombardeos, matanzas y batallas a todo un país.
Habrían muerto por la austeridad 100.000 personas por año, en un periodo en el que morían anualmente unas 400.000 personas en total en España
En concreto, de 2011 a 2015 habrían muerto 505.000 personas por la austeridad, 100.000 personas por año, según el cálculo de los investigadores españoles. En un periodo en el que morían anualmente unas 400.000 personas en total en España, una cuarta parte sería culpa a la austeridad, según defiende este trabajo.
"Esto no puede ser, es un disparate", fue la reacción de Beatriz González López-Valcárcel, presidenta de la Sociedad Española de Salud Pública, al leer el estudio en cuestión. Al principio no era evidente el detalle que explicaba un resultado tan desmesurado, pero se reveló tras analizar minuciosamente los números junto con Cristina Hernández, de la London School of Economics, y Miquel Porta, de la Universidad Autònoma de Barcelona y el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM).
Si se observa el gráfico que se publicó en la revista, la más importante en salud pública de EE UU, se produce un vertiginoso salto de 2010 a 2011, un salto que coloca bruscamente la mortalidad por encima de la de hacía una década. Un salto que explica la parte del león de esos 505.000 muertos atribuidos por el estudio a las medidas de austeridad. "La mortalidad en España tiene una tendencia a caer desde el año 2000, ¿y pierde de pronto en un solo año todo lo que había ganado en una década? Esto es rarísimo", señala González. La clave estaba en error muy simple, un cambio en la metodología con la que se calcula la población de referencia en las estadísticas de mortalidad ajustada por edad que provee el INE que se produjo en 2011. La receta con la que se cocina el dato había cambiado de 2010 a 2011, por lo que comparar esos años es como hacerlo con peras y manzanas.
"Lo alarmante es que ya había pasado toda la revisión y habían encargado un editorial por la importancia del tema", denuncia González. El editorial se encargó a Porta, que tras revisar el trabajo junto a sus colegas remitieron un editorial muy crítico con el estudio, que se iba a publicar igualmente. Ambos textos, estudio y editorial, salieron en el último número de la American Public Health Journal, una revista que rechaza el 85% de los artículos científicos que se envían para su publicación.
"Lo alarmante es que ya había pasado toda la revisión y habían encargado un editorial por la importancia del tema", denuncia González
"Ellos no se habían dado cuenta y nosotros tampoco", asegura Antonio Cabrera de León, autor principal del artículo del medio millón de muertos, que defiende la tesis principal de su trabajo: "Yo no tengo duda de que ha habido un incremento importantísimo de la mortalidad". Y añade: "No negamos que haya un problema con los datos, que a lo mejor no son 500.000, puede variar en decenas de miles arriba o abajo". Para Cabrera, director del área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la ULL, no se puede negar que "los suicidios por los desahucios y las penurias están ahí".
"Mirando los datos de Sanidad, no los del INE con ese cambio en la población de referencia, vi que la tasa de mortalidad de 2011 había bajado", añade González, catedrática de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y especialista en cómo los recortes han dañado la salud de los españoles. Estos expertos no niegan que los recortes sean nocivos: por ejemplo, el año pasado González publicó un estudio que mostraba que el copago hacía que los jubilados dejaran de cumplir con el tratamiento médico. "Evidentemente que los recortes hacen daño, pero ese estudio con medio millón de muertos no es una visión fiel de lo que pasó", resume.
¿Pero cómo explica Cabrera que se produzca un salto tan brutal en 2011 en la mortalidad? ¿Cómo murieron docenas de miles de personas de golpe a causa de la austeridad? No tiene una respuesta que lo explique y atribuye parte de las críticas a sus polémicas conclusiones: "Ya sabíamos que este tipo de artículos genera controversia", se defiende Cabrera, que ha escrito una carta a la revista para defenderse de algunas críticas. "No niego que hay un efecto ahí del cambio de estandarización", explica. "No queremos entrar a defender una cifra", asegura el investigador de la ULL, que en lugar de 505.000 muertes ahora considera que la cifra más aproximada "supera las 100.000 personas".
"No queremos entrar a defender una cifra", asegura el investigador de la ULL, que en lugar de 505.000 muertes ahora considera que la cifra más aproximada "supera las 100.000 personas"
"Lo que nos dice la literatura científica es que en estos casos no hay un efecto apreciable a corto plazo", advierte González. "Además, las peores medidas de austeridad no llegaron hasta 2012: el gasto sanitario público solo descendió un 2% en 2011, y fue en 2012 cuando disminuyó un 6%; y el real decreto de copagos y desuniversalización de la Sanidad entra en vigor a mediados de 2012", añade la investigadora. E ironiza: "¿Cómo nos vamos a morir preventivamente? ¿Me voy muriendo y así lo dejo hecho?". González no duda que los efectos se van a "sufrir, por el empobrecimiento de la población, por los parados de larga duración, por los niños mal alimentados". "Habrá efectos devastadores, pero a largo plazo", asegura la catedrática.
"La pregunta es si la magnitud de ese pico es real o ficticia", asegura Miquel Porta. "El tema es muy serio, porque creo que no nos podemos tomar la literatura científica con frivolidad", critica Porta, que añade: "Nosotros también creemos que la crisis ha sido muy mala para la salud". Este epidemiólogo lamenta que los revisores de la revista dejaran pasar un fallo tan claro y que se publique una lectura errónea de lo sucedido en España, pero agradece que al menos se haya publicado junto al editorial crítico, que aclara que hay aspectos que no se sostienen.
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