domingo, 3 de diciembre de 2017

El problema de Dios es su relación con el mal



Y esta es la seriedad de Dios:  que a Dios le cueste ser, que el mal es un momento de divino (el motivo dominante en Bohme, según Schelling). El problema de la seriedad de Dios es el de la relación de Dios con el mal. O está dentro o está fuera del mal. Si está fuera, el mundo es una comedia pedagógica, la religión y su Dios no pueden sentir verdaderamente el Mundo y su condición acabarán ejerciendo  esa implacable, impasible, impertérrita dureza agustiniana y calvinista: acabarán teniendo  esa firmeza de pulso para firmar sentencias, tan necesaria para decretar. A esto  no quiere Böhme darle su "Amén", no; sino que por lo pronto, al crear Dios el Mundo se arriesgó a crearse el infierno, porque el mundo es el infierno de Dios, todos los riesgos y modos de la sufrida alteridad divina. Dos es bueno porque se metió en ella; otra cosa no es seria ni lleva a seriedad alguna. Con palabras de Angelus Silesius:

Oh incomprensibilidad, Dios se ha perdido. Por eso quiere nacer otra vez conmigo!"



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