domingo, 12 de noviembre de 2017

Solo es mi vida.

Estoy muy solo. Me siento suslado, muy aislado; llevo recluído para cuatro meses y, recluído, desde mi regreso del hospital de la Cruz Roja.

El pre-universitario lo hice recogiendo fruta en el Fontán.

Mis padres no tenían nada de dinero, y,  desde los 15 años me negué a recibir dinero alguno de ellos, Estaban pagando la boda y el coche de de mi hermana. Yo me entendí "mayor". Tanto ha sido así que, cumplidos mis quince años, recogí, a medio día las notas del Instituto, y no volví a casa. Me marché a conocer Sevilla acompañado por mi amigo Pepe.

El primer día el banco de la plaza de España nos sirvió de csma. Al día siguiente tomamos habitación en la pendión Asturias, apenas a cien metros de la Giralda.

Mis estancias en Madrid y Salamanca las pagué con mis trabajos, a la vez que ayudaba a mi hermana en lo económico y en lo personal, pués estaba pasando muy mala situación personal; mis padres no fueron sabedores, no quisimos.

La desaparición de Paloma me obligó a estar presente en los dos partos siguientes.

Me casé sin hacer boda porque no tenía dinero; pensaba casarme el 08-09 y celebrarla el 14-09, pero mi novia "me presionó" e hicimos la boda el 11-04, sin festejo alguno.

Desde ese momento se me decía "desde que estás con esa familia no atiendes a esta que es la tuya"; no dejé de ayudarla, siempre en silencio.

Gracias a la familia de mi esposa, a la que se hacía referencia en los reproches, pude ayudar a mi hermana, pués mis cuñadas acogieron a la suya en Málaga. Luego la "arrastré" a Barcelona conmigo para distanciarla de Madrid; creo que hice muy bien. Allí nacieron a Alejandro y, con ello, estabilizaron definitivamente su vida.

Hoy, cada vez que pienso mi situación de impotencia psra syudar a mis hijas y sobrinos, no puedo por más que llorar mi cobardía.

Tengo presente nuestra despedida, la de mi hermana y la mía, solos los dos, aunque con  dignidad, con mucha dignidad. Tiempos antes había muerto mi cuñado.

Mi hermana y su hermano siempre nos quisimos; no recuerdo discusión, enfado, o distanciamiento entre nosotros, a pesar del viento violento que, en ocasiones, amenazaba con tumbarnos; nos mantuvimos firmes.

La sigo teniendo muy presente y, con la firmeza de siempre.

Nena, te quisiste ir pronto de casa. Y te fuiste.

No tequisiste ir pronto de es "mundo" y te fuiste.

Nena, no quieras que me vaya pronto yo de este mundo. Tenemos tiempo para vernos.
Un beso, hasta luego.

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