El obispo Pelayo de Oviedo
Su vida y su obra
Emiliano Fernández Vallina
págs:238-239
Moleiro editor, S.A., 1995
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_-----------y hemos de ver también como, en realidad, la mayor parte de las veces no "inventaba" nuestro obispo y cómo su obra es un todo coherente, urdido -sensu etymologico- y dirigido para la reafirmación e independencia de la sede de Oviedo, utilizando los instrumentos de trabajo que pudo reunir en su scriptorium, y de los que se servían, artísticamente con menos calidad que él, los historiógrafos medievales.Ciertamente fue maestro de la interpolación, y, en algunos casos, de falsificación. Pero, además de tener que encuadrarse ambas técnicas no extraordinarias de los procesos de los scriptoria medievales, habrá que decir que Pelayo -salvo en el caso de Lucus (Asturum)- difícilmente puede ser encontrado como reo de la invención escripturaria. Adobó, o si se quiere, manipuló los documentos y escritos históricos que ya existían. E hizo "refacciones", procedimiento técnico que no inventaba el obispo, y de uso admitido en el siglo XII, y antes. Otra cosa es su responsabilidad moral: no estamos, desde luego, a juzgarla, ni sería posible. La intención sí está clara: la defensa y firme establecimiento de su diócesis y sus pertenencias.
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