HISTORIA DE ESPAÑA
Vicens Vives
Bachillerato
Página 286
4.3. La revolución de octubre de 1934.
La izquierda interpretó la entrada de la CEDA en el gobierno como una deriva hacia CIA el fascismo. Al día siguiente de la formación del nuevo gobierno, por iniciativa de la UGT y con escasa participación de la CNT, se produjeron huelgas y manifestaciones en algunas grandes ciudades para defender las reformas sociales, amenazadas por la acción del nuevo gobierno. El movimiento fracasó a nivel nacional por la falta de coordinación y la contundente respuesta del gobierno, que decretó el estado de guerra, pero los acontecimientos fueron especialmente graves en Asturias y Cataluña.
En Asturias, los mineros protagonizaron una revolución social, fruto del acuerdo previo entre anarquistas, socialistas y comunistas. Columnas de mineros armados ocuparon los pueblos de la cuenca, tomaron gran parte de los cuartos de la Guardia Civil y sustituyeron los ayuntamientos por comités revolucionarios que asumieron el abastecimiento de alimentos, el funcionamiento de los transportes y el suministro de agua y electricidad. Los mineros sitiaron Oviedo dispuestos a defender la revolución y se enfrentaron a las fuerzas del orden. Dl gobierno envió desde África a la Legión, al mando del general Franco, para reprimir el levantamiento. La resistencia se prolongó durante diez días, pero finalmente fue derrotada.
La represión fue durísimo: más de 1000 mineros muertos muchos como resultado de las ejecuciones sumarias ordenadas por los mandos militares, 2000 heridos y 5000 detenidos, lo cual desencadenaría una campaña de solidaridad internacional con las víctimas.
En Cataluña, la revuelta tuvo un carácter más político que en Asturias. Contó con el respaldo del presidente de la Generalitat. Lluis Companys, sucesor de Francesc Macià, muerto en 1933. Companys pretendía evitar la entrada de la CEDA en el gobierno, dado el carácter claramente antiautonómico de este partido. Por ello, proclamó el 6 de octubre la República Catalana dentro de la República Federal española, al mismo tiempo, que una alianza de partidos y sindicatos izquierdos (PSOE, UGT. Unión de Rabassaires y comunistas) organizaba una huelga general. La negativa de CNT, fuerza obrera mayoritaria, a participar en la huelga y el escaso apoyo ciudadano hicieron fracasar la insurrección.
Se declaró el estado de guerra y el ejército, al mando del general Batet, ocupó el palacio de la Generalitat. Hubo 3500 detenidos, entre ellos todos los miembros del Ayuntamiento de Barcelona. Araña, que se encontraba en Barcelona, fue también encarcelado y en Madrid fueron detenidos varios líderes de la izquierda, entre ellos Largo Caballero.
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