iguel Mingotes y sus pequeñas grandes cosas
El escritor llenó el Antiguo Instituto de un público fiel que rió y disfrutó con sus ocurrencias y su ingenio brillante e infinito
Presentó el volumen que recoge las poesías escritas los últimos cuatro años
Como siempre sucede, lo petó el poeta y colaborador del diario EL COMERCIO Miguel Mingotes en la presentación de su último libro: 'Poesía 2012-2016', auspiciada por el Aula de Cultura. Ni un alfiler cabía en el salón de actos del Antiguo Instituto para escuchar al autor, que un año más, por estas fechas, cumplió con su tradición de ofrecer un regalo impreso a sus lectores. En esta ocasión el detalle navideño reúne sus poemas breves escritos a lo largo de los últimos cuatro años en una edición limitada y presentada con el esmero habitual de sus obras.
Con las luces apagadas e iluminado solo por una lamparita de mesa, Mingotes hizo las delicias del público leyendo sus 'coses' e intercalando por el medio reflexiones, ocurrencias y secretos confesables de su taller literario o de su vida cotidiana, que en muchos casos podrían también pasar por auténticos poemitas orales. «Hace poco me preguntaron si me había influido Ramón Gómez de la Serna y me sorprendió, porque la única influencia en las cosas que escribo es la de mi padre, que era chapista y el único libro en el que sale es en el de Familia», manifestó el poeta en un momento de su lectura y en otro relató las trifulcas que a veces mantiene con los «imprenteros» a la hora de editar sus cuadernos: «Los mareo bastante, por la importancia que tienen algunos detalles» y puso como ejemplo la necesidad de que fuese en color rojo el número 31 en unas líneas sobre el llegar a fin de mes.
El público que abarrotaba la sala disfrutó del ingenio de Miguel Mingotes y de su humor sin desperdicio a la hora de dar vuelta a las palabras y jugar con ellas como un apasionado niño grande: de 'Proust Springsteen' a la significación de ciertas onomatopeyas: «Entra un barquín tratándome de tú-tú-tú-tú-tú...», u otro flash con el antiguo puerto de escenario: «Camino por el muelle: el temporal soy yo».
La guinda final se la dejó para el joven realizador Alex Loredo y el cortometraje documental que ha filmado sobre el poeta: 'Miguel Mingotes, las pequeñas cosas', una mirada al mundo personal de un hombre que ha sabido transformar, con el tesón y la bonhomía de un ilusionista, la realidad corriente en un tesoro de inagotables perlas. En el librito que presentaba se puede conseguir un buen botín de ellas.
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