Se observa que los politejos (concepto acuñado por la antropóloga Dolores García) no tienen educación en ciencias. Se aprecia su blandura, o deleznabilidad.
El lenguaje, la palabra, la comunicación, es el primer ejercicio de reciclaje conseguido por la persona; transformación del aire espirado.
En Física, el "principio de conservación"(Ley de conservación de la materia).- "La ley de conservación de la masa, ley de conservación de la materia o ley de Lomonósov-Lavoisier es una ley fundamental de las ciencias naturales. Fue elaborada independientemente por Mijaíl Lomonósov en 1748 y descubierta unos años después por Antoine Lavoisier en 1785. Se puede enunciar de la siguiente manera:Wikipedia.
Esta ley es fundamental para una adecuada comprensión de la química. El principio es bastante preciso para reacciones de baja energía. En el caso de reacciones nucleares o colisiones entre partículas en altas energías, en las que definición clásica de masa no aplica, hay que tener en cuenta la equivalencia entre masa y energía.
Esta ley es fundamental para una adecuada comprensión de la química. El principio es bastante preciso para reacciones de baja energía. En el caso de reacciones nucleares o colisiones entre partículas en altas energías, en las que definición clásica de masa no aplica, hay que tener en cuenta la equivalencia entre masa y energía.
LEY DE CONSERVACIÓN DE LA MATERIA
Te explicamos qué es la ley de conservación de la materia o Ley Lomonósov-Lavoisier. Historia, antecedentes y ejemplos.
Ley de conservación de la materia
La ley de conservación de la materia, conocida también como ley de conservación de la masa o simplemente como ley Lomonósov-Lavoisier (en honor a los científicos que la postularon), es aquel principio de la química que plantea que la materia no se crea ni se destruye durante una reacción química, sólo se transforma.
Esto significa que las cantidades de las masas involucradas en una reacción determinada deberán ser constantes a lo largo de la misma, es decir, no habrán cambiado en sus proporciones cuando la reacción culmine, aunque sí se pueden haber transformado.
Este principio fundamental de las ciencias naturales fue postulado por dos científicos de manera simultánea e independiente: el ruso Mijaíl Lomonósov en 1748 y el francés Antoine Lavoisier en 1785. Llama la atención que esto ocurriera antes del descubrimiento del átomo y la postulación de la teoría atómica, con la cual es mucho más sencillo explicar e ilustrar el fenómeno.
La excepción a la regla la constituyen las reacciones nucleares, en las que es posible convertir masa en energía y viceversa, pudiendo “crearlas” y “destruirlas” a conveniencia, aunque realmente se esté transformando materia en energía y viceversa.
Junto a la equivalencia entre masa y energía, la ley de la conservación de la materia fue clave para la comprensión de la química contemporánea.
Ver además: Reacción Exotérmica.
Antecedentes de la Ley de conservación de la materia
La química de aquellos años entendía los procesos de reacción de manera muy distinta a la actual, en algunos casos llegando a afirmar lo contrario a lo que plantea esta ley.
Los experimentos de Robert Boyle en el siglo XVII, pesando distintos metales antes y después de dejarlos oxidar, atribuía el cambio en el peso a la ganancia de materia, ignorando que el óxido significaba la extracción de átomos de oxígeno del aire por parte del metal.
Descubrimiento de la Ley de conservación de la materia
Las experiencias que llevaron a Lavoisier al descubrimiento de este principio tienen que ver con uno de los principales intereses de la química de la época, como fue la combustión. Calentando diversos metales, el francés se dio cuenta de que éstos ganaban masa al calcinarse si se dejaban expuestos al aire, pero que su masa permanecía idéntica si estaban en envases cerrados.
Así, dedujo que esa cantidad extra de masa provenía de algún lado, y pudo proponer su teoría de que no era creada, sino tomada del aire. Por ende, en condiciones controladas, puede medirse la cantidad de masa de los reactivos antes del proceso químico y la cantidad de masa posterior, debiendo ser necesariamente idénticas, aunque ya no lo sea la naturaleza de los productos.
Ejemplo de la Ley de conservación de la materia
Un perfecto ejemplo de esta ley lo constituye la combustión de hidrocarburos, en la que puede verse al combustible arder y “desaparecer”, cuando en verdad se habrá transformado en gases invisibles y en energía liberada.
Por ejemplo, al quemar metano (CH4) tendremos la siguiente reacción, cuyos subproductos serán gaseosos e invisibles, pero de una cantidad de átomos idéntica:
CH4 + 2O2 (del aire) CO2 + 2H2O (vapor de agua) + energía
La ley de la conservación de la energía afirma que la cantidad total de energía en cualquier sistema físico aislado permanece invariable con el tiempo, aunque dicha energía puede transformarse en otra forma de energía.Wikipedia
Conservación de la energía
La ley de la conservación de la energía afirma que la cantidad total de energía en cualquier sistema físico aislado (sin interacción con ningún otro sistema) permanece invariable con el tiempo, aunque dicha energía puede transformarse en otra forma de energía. En resumen, la ley de la conservación de la energía afirma que la energía no puede crearse ni destruirse, solo puede cambiar de una forma a otra,1 por ejemplo, cuando la energía eléctrica se transforma en energía térmica en un calefactor.
En termodinámica, constituye el primer principio de la termodinámica (la primera ley de la termodinámica).
En mecánica analítica, puede demostrarse que el principio de conservación de la energía es una consecuencia de que la dinámica de evolución de los sistemas está regida por las mismas características en cada instante del tiempo. Eso conduce a que la "traslación" temporal sea una simetría que deja invariante las ecuaciones de evolución del sistema, por lo que el teorema de Noether lleva a que existe una magnitud conservada, la energía.
Iglesias lleva el pulso hasta el final y exige un puesto para él en el Gobierno
El líder de Podemos reta al presidente a explicar por qué no le quiere en su gabinete y se pregunta si es por las presiones del poder económico
Pablo Iglesias no quiere dar por rotas las negociaciones con el PSOE ni por fallida la investidura de Pedro Sánchez que se vota la semana próxima. Ahora bien, el líder de Unidas Podemos no está dispuesto a ceder en su pretensión de un Gobierno de coalición ni en que él deba formar parte de ese gabinete. Iglesias se ha ratificado este martes en que el PSOE no puede “vetar” a miembros de su dirección ni a él mismo, porque hacerlo sería “una falta de respeto” a su partido. A cinco días de la celebración de la sesión de investidura, el Gobierno se centra ya en el discurso del presidente y no prevé más negociaciones con Unidas Podemos.
Pablo Iglesias insiste en considerar inaceptable la última oferta del presidente en funciones: incorporar al Gobierno socialista a ministros de Podemos de perfiles profesionales, lo que le excluiría a él mismo y a los demás miembros de la dirección. El líder de Podemos se ha ratificado en que quiere entrar en el gabinete de Sánchez y en que no contempla ceder en ese punto. Y, aunque intentó no ofrecer una imagen derrotista y de ruptura, al final tuvo que admitir la posibilidad de que la investidura fracase porque él descarta moverse de su posición y tampoco parece que Sánchez vaya a hacerlo.
Un día después de que el presidente en funciones diera por rotas las negociaciones con su socio preferente, Iglesias apareció este martes en televisión sin moverse ni un ápice de su postura. En una entrevista en La Sexta, insistió de múltiples formas en que tanto él mismo como miembros de la dirección de su partido tienen derecho a poder entrar en el Gobierno de Sánchez. Y que esa es su última posición negociadora con el PSOE. “No vamos a aceptar, creo que lo van a dejar claro los inscritos, ningún veto.
A partir de ahí, será Podemos quien decida quién esté [en el Gobierno]. ¿A mí me parece que yo podría desempeñar un papel? Por supuesto que sí. A las órdenes del presidente”, afirmó. Sostiene Iglesias que el PSOE no puede “vetar” a ningún miembro de su partido, pero cuando el entrevistador le señaló que en ese caso podría deducirse que él decidiría los ministros de Sánchez, matizó que los nombres de los titulares de las carteras “se negociarían” con los socialistas.
Iglesias insistió una y otra vez —a reiteradas preguntas— en que no tiene pensado dar un paso atrás y renunciar a formar parte del gabinete de Sánchez para facilitar el acuerdo con el PSOE. Por primera vez, dejó al descubierto de forma más clara que esa pretensión es clave para llegar a un acuerdo. ¿Es una condición inexcusable que se siente en el Consejo de Ministros?, le preguntó el periodista Antonio García Ferreras. En su respuesta dio a entender que sí. “¿Te imaginas decirle a casi cuatro millones de ciudadanos [por los votantes de Podemos, 3,7 millones] que no a quien habéis votado vosotros? Se está faltando al respeto a esa gente. Imagina que dijéramos nosotros que con Pedro, no”. “Sería una falta de respeto”, abundó, “por lo tanto, nos guste más o menos, tenemos que respetar a quien ha elegido el PSOE”.
Iglesias defiende, en todo caso, que su presencia en el Gobierno no es el escollo que impide el acuerdo, porque, según explicó, el presidente en funciones nunca le ha dicho en privado que se oponga a darle una cartera ministerial. “A mí Pedro Sánchez no me ha planteado ningún veto en ninguna mesa”, defendió.
Pero esa conclusión se infiere de la propia oferta del líder del PSOE: cuando el jefe del Ejecutivo le ofrece que puedan ocupar carteras sectoriales afiliados de Podemos con una especialización clara, está excluyendo a Iglesias o a miembros de su dirección de perfil político. “Eso es defender una visión tecnocrática contraria al espíritu de la democracia”, se quejó el líder de Podemos. El Gobierno argumenta, por el contrario, que el problema son sus discrepancias con Iglesias en los grandes asuntos de Estado, como el conflicto catalán, hasta el punto de que Adriana Lastra, portavoz parlamentaria del PSOE, expresó el pasado martes que la coalición con Podemos daría lugar a “un Gobierno en paralelo” o “dos Gobiernos en uno”.
El tono entre los potenciales socios ha subido varios enteros desde el pasado lunes, lo que sugiere que ambos dan por perdida la investidura de la semana que viene, aunque Iglesias se resista a reconocerlo. “Yo no quiero tirar la toalla. No quiero entender que es una investidura fallida. Yo creo que [Sánchez] se equivocó cuando dio por rotas las negociaciones. Alguien que recibe el encargo del Rey no puede dar por rotas las negociaciones con su socio de izquierdas para ir a buscar a la derecha”, se quejó. Pero, al mismo tiempo, no descartó que Podemos termine votando contra la candidatura de Sánchez el martes que viene, porque eso lo van a decidir sus militantes en la consulta que ya está en marcha.
La consulta de Podemos a las bases encalla las negociaciones
Esa consulta a los inscritos de Podemos sobre la posición en la investidura, lanzada el jueves pasado, es la que ha “dinamitado” la negociación, según el PSOE. Podemos ha planteado a sus bases, a través de su página web, una pregunta con dos opciones. La primera dice: “Para hacer presidente a Pedro Sánchez es necesario llegar a un acuerdo integral de Gobierno de coalición (programático y equipos), sin vetos, donde las fuerzas de la coalición tengan una representación razonablemente proporcional a sus votos”. Y la segunda: “Para hacer presidente a Pedro Sánchez (ya sea mediante el voto a favor o la abstención) basta con la propuesta del PSOE: un Gobierno diseñado únicamente por el PSOE, colaboración en niveles administrativos subordinados al Gobierno y acuerdo programático”.
Al presidente esos planteamientos le parecieron “una gran mascarada” y una pregunta trampa dirigida a orientar la decisión de la militancia. Podemos la defendió este martes: Irene Montero, portavoz parlamentaria, sostuvo que la pregunta es “clara, transparente y honesta” e Iglesias afirmó que no la retirará. La votación termina el próximo jueves.
El Gobierno da muestras ya de asumir que la investidura fracasará. La vicepresidenta, Carmen Calvo, reconoció que el presidente está centrado en preparar su discurso de investidura y no prevé nuevas negociaciones. Solo está prevista una ronda telefónica con los líderes de los tres grandes partidos —PP, Ciudadanos y Unidas Podemos— para pedirles que se abstengan. “Todo apunta a que el señor Abascal y el señor Iglesias van a estar en la misma posición”, aventuró Calvo después de afear a Iglesias que solo haya hablado de cargos y respondiera a la última oferta “con una consulta trucada”.
Aunque aún resten cinco días para la primera votación —y salvo sorpresa de última hora— el PSOE y Podemos se han lanzado a la batalla por culpar al otro del fracaso. Iglesias acusó a Sánchez de doblegarse ante las “presiones” del Ibex y otros poderes para que su partido no gobierne en España. E ironizó sobre las exigencias de Sánchez: “Solo le falta pedirme que me corte la coleta”. Lastra le respondió que se deje de “teorías de la conspiración”. Un anticipo de lo que todo indica que será el debate parlamentario los próximos 22, 23 y 24 de julio.
UNA PREGUNTA "CLARA, TRANSPARENTE Y HONESTA"
Podemos ha planteado a sus inscritos, a través de su página web, una pregunta con dos opciones. La primera sería: "Para hacer presidente a Pedro Sánchez, es necesario llegar a un acuerdo integral de Gobierno de coalición (programático y equipos), sin vetos, donde las fuerzas de la coalición tengan una representación razonablemente proporcional a sus votos". Y la segunda: "Para hacer presidente a Pedro Sánchez (ya sea mediante el voto a favor o la abstención), basta con la propuesta del PSOE: un Gobierno diseñado únicamente por el PSOE, colaboración en niveles administrativos subordinados al Gobierno y acuerdo programático".
Al presidente Sánchez esos planteamientos le parecieron "una gran mascarada" y una pregunta trampa dirigida a favorecer los intereses de Pablo Iglesias de entrar en un Ejecutivo de coalición. Montero reseñó hoy que la pregunta le parece "clara, transparente y honesta". Y entiende que no hace falta retirar la consulta mientras se negocia, porque ambos campos le parecen compatibles. Lo mismo que entiende que se puede hablar de equipos, personas y nombres y también de iniciativas a llevar adelante: "Los dos debates van de la mano, el para qué y el quién".
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