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Presidente de SEO: «No dejaría a mi nieto darle de comer a los gansos del Guadiana»
Florentino de Lope, catedrático de Zoología de la Universidad de Extremadura y presidente de la Sociedad Española de Ornitología, asegura que las aves pueden transmitir enfermedades
El mayor experto habla. Hay que acabar con la colonia de gansos del río Guadiana por dos motivos. El primero, porque pueden transmitir enfermedades a personas. El segundo, porque es una especie invasora que está poniendo en riesgo al resto de especies que forman la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA). De paso, apunta a que se ha llegado a la masificación con más de 400 ejemplares por «dejadez» y recuerda que las competencias corresponden a la Junta de Extremadura. Admite que el sacrificio es dramático, pero afila: «Hay que olvidarse del falso ecologismo».
Así de claro se pronuncia Florentino de Lope. Habla desde la experiencia que demuestra ser catedrático de Zoología de la Universidad de Extremadura y presidente de la Sociedad Española de Ornitología SEO/Birdlife, que tiene más de 12.000 socios en todo el país. De Lope es una autoridad en el estudio y la investigación de las aves, y es rotundo:«Lo ideal es quitar toda la población»
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«Son muy ariscos y no se puede predecir su comportamiento. Pueden dar un picotazo a cualquiera». Y cuando habla de enfermedades recita una larga lista: botulismo, gripe A, salmonelosis... «No los he analizado, pero estoy convencido de que si lo hiciera, daría como resultado que tienen enfermedades». Apunta, por ejemplo, que los ocho millones de vacunas que hace unos años compró la entonces ministra de Sanidad Trinidad Jiménez para prevenir la gripe aviarvenían de los gansos.
Advierte de que los contagios a humanos no solo se producen por heridas, también por el contacto con las heces. En una escena tan simple como que un niño esté jugando con una pelota en el césped, toque la pelota con las manos y después se las lleve a la boca.
Florentino de Lope alerta de que los gansos también pueden transmitir las enfermedades a otras aves y, en consecuencia, poner en riesgo la ZEPA, que es la única urbana que existe en España. «Es un tesoro», dice.
Cree que uno de los inconvenientes de este asunto es el desconocimiento que existe. Aquí, en el Guadiana, hay una colonia de moritos más numerosa que en el Parque Nacional de Doñana o en el Parque Nacional del Delta del Ebro. También son importantes los calamones. Recuerda que hubo un programa de reintroducción de esta especie en La Albufera que tuvo repercusión internacional y del que los valencianos están muy orgullosos. «Nosotros las tenemos y no la valoramos».
El resto de especies protegidas corren un serio riesgo con los gansos, que no aparecen contabilizados en el plan de gestión del Azud de Badajoz, por lo que queda demostrado que es una especie introducida. No se sabe muy bien cómo han llegado. Pero sí tiene claro que deben desaparecer. Las considera invasoras y las equipara a la gran plaga del río:«Los gansos son como el camalote».
De Lope advierte que en el plan de gestión de la ZEPA Azud del Guadianase establece que la gestión corresponde a la Dirección General de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura. Señala que se ha llegado a esta situación por «dejadez y falta de control» y subraya que «lo ideal es quitar toda la población».
Aconseja que se adopten medidas para parar el crecimiento de la colonia, como la castración química. Apuesta sin embargo por pinchar los huevos para que las crías no nazcan. No vale con retirar los huevos porque las madres tienen capacidad de reposición. Es decir, que si pierden los huevos vuelven a ponerlos. Habría que pinchar los huevos por dos sitios para que pase el aire y pare la formación del animal, pero que la madre siga incubando. Pasados unos 30 ó 40 días se dará cuenta de que la cría no va a nacer, pero ya no podrá realizar otra puesta. Esta medida, explica, ha dado resultado con gaviotas.
Sin embargo, esta iniciativa solo frenaría la proliferación, pero no acabaría con el problema porque ya hay más de 400 aves y son muy longevas. Pueden superar los 10 años.«Al cabo de unos años tendremos el río lleno de gansos».
El biólogo da algunas soluciones, aunque subraya que su adopción corresponde a la Junta de Extremadura. Señala, por ejemplo, a su traslado a una industria de alimentación para que produzcan otros animales, o a su traslado al centro de Sierra de Fuentes o a Valdesequera, una finca dedicada al cerdo donde también se han criado gallinas azules y gallinas de Guinea. Advierte, eso sí, que las enfermedades suponen un problema para los desplazamientos y los lugares de destino.
El catedrático admite que el sacrificio de todos los animales es una medida «drástica, dramática e impopular». Pero asume que es necesario tomar decisiones y advierte que «nos debemos despojar de la mística ecologista cuando se llega a situaciones tan alarmantes como esta. Es un falso ecologismo».
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