lunes, 15 de mayo de 2017

Trump, alta traición.

Trump reveló información de alto secreto a los rusos en la Casa Blanca

The Washington Post asegura que el presidente, para malestar de los servicios de inteligencia, dio datos sobre los intentos del ISIS de convertir ordenadores en bombas y usarlos en vuelo

El ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov; el presidente Donald Trump, y el embajador ruso, Sergéi Sislyak, el miércoles pasado en la Casa Blanca.
El ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov; el presidente Donald Trump, y el embajador ruso, Sergéi Sislyak, el miércoles pasado en la Casa Blanca. AFP
La sombra rusa vuelve a cernirse sobre Donald Trump. En su reunión del miércoles pasado en la Casa Blanca con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, y el embajador Sergéi Kislyak, el presidente de Estados Unidos les reveló información de alto secreto sobre el grupo terrorista ISIS y el peligro de llevar ordenadores en cabinas de vuelo. La actitud del mandatario, según ha revelado The Washington Post, ha generado un fuerte malestar en los servicios de espionaje. No sólo porque puso en peligro una fuente extranjera crucial para la seguridad nacional, sino porque dejó patente que el comandante en jefe brinda más ayuda a los rusos que a los propios aliados.
Trump ha vuelto a desbordarse a sí mismo. La reunión con Lavrov era de alto voltaje. El día anterior, el mandatario había despedido al director del FBI, James Comey, el principal encargado de investigar si el equipo de campaña del republicano se coordinó con el Kremlin para atacar durante las elecciones a la candidata demócrata Hillary Clinton. Es la denominada trama rusa. Una tupida red de conexiones entre los hombres del presidente y Moscú que no deja de perseguir a Trump desde que entró en la Casa Blanca.

Como remate, a la reunión asistió el sinuoso embajador Kislyak. Un personaje radiactivo y cuyo contacto ha fulminado a dos de los más estrechos colaboradores del presidente. El primero fue el consejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn, que cayó por ocultar el contenido de sus conversaciones con el embajador. Y el segundo fue el mismo fiscal general, Jeff Sessions, quien quedó inhabilitado para tratar cualquier aspecto de la trama rusa por haber mentido al Senado sobre sus reuniones con Kislyak.
Con estos antecedentes, Trump recibió el miércoles al embajador y a su superior, Lavrov, en la propia Casa Blanca. Posaron juntos, se dieron la mano y charlaron distendidamente. Fuera de los focos, siempre según la reconstrucción de The Washington Post, el presidente alardeó de la excelente información de inteligencia que recibe a diario. Pasaron entonces a tratar las amenazas comunes y fue entonces cuando el presidente reveló los detalles de las intenciones del ISIS e incluso faclitó el nombre de la ciudad donde estaba desarrollando su operativo. Unos datos que, en manos de los servicios secretos rusos, permiten dar con la fuente de Estados Unidos.

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