La semiótica inteligente
José María Pozuelo yvancos
ABC, 20-02-16
Lo más difícil de todo es entretener sienfo semiótico. Eso es lo que pasaba con Umberto Eco. La semiótica es ciencia que ha alcanzado niveles de sofistificación muy grandes., hasta hacer que todos sus cultivadores fueran o aburridos o ininteligibles (o ambas cosas). Pero con Eco eso no pasaba. Hasta te divertías. El último libro de Semiótica fuerte, que es todo un trstado de Filosofía analítica a la que Eco impuso la saalida de la Hermenéutica, lo tituló Kant y el ornitorrinco. Se sirvió de ese animalejo mamífero que tiene alas y es un pez para discutir a través de él las categorías de la ciencia semiótica cuando es solo filosofía, y pretender que todo sea racional, kantiano. Y el lector asistía pasmado a como lo más especializado de lingüistas, filósofos y lógicos pasaba por una mente como la de Eco y salía transformado en en sentido de la realidad, sabiduría clara. Ocurrió antes con su Tratado de Semiótica General, al que hizo correccionesen una segunda versión. Porque Eco era sobre cualquier otra cosa inquieto, su brillantez no se debía a que supiera de todas las cosas, sino que te las dijera como si hablara con su interlocutor de tú a tú, como i estuviera preguntándose todavía por la última paradoja que no hubiera resuelto al salir de su casa.
Antes de los dos volúmenes del Tratado de Semiótica General, y de la citada Kant y el ornitorrinco, Eco prestó un servicio impagable a la Semiótica: la hizo útil. Resulta que la sabiduría sobre los signos servía para explicar a Superman, las canciones de Rita Pavone o los cómics. Desde que era joven, Eco se acercó a la a la Semiótica para saber leer el mundo nuevo, el de la cultura de masas, la televisión, el cine, los tebeos, todo eso que los Apocalípticos llamaban el fin de la cultura. Y lo hizo para....
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