sábado, 22 de junio de 2019

Montesona

Cuando el fin de semana estaba en La Corona subía a La Ería en la Aurora y el Ocaso, a las 6 y a las 8. Desde allí, siempre solo y cuando necesitaba contemplar la aserrada cordillera que, a modo de sierra, me abrazaba ta hermosa montaña. No puede ser obra de la naturaleza sino de un hombr que solo puede comprender que estaba enamorado de la mujer con la que anhelaba convivir un dia no lejano. Al suroeste el Naranco y, al noroeste, el monte Sagrado. Al norte sabia que estaba la Montesona en la que un día crearía una gran familia. La desee siempre y, por ello que accedía a ella por La Miranda.

¡Porque no soñar!

No quiero decirme ni que me digan no.

Un dia desperté en el campo mirando a la silla de montar, a modo de sierra, de Monterrey. Me fui a casa y dije que mi Montesona estaba en Llanera. ¡Adios!

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