Por ti Inés que es en nuestra memoria. Te escucho en todo amanecer y te miro todo el día y al atardecer meces mi cansado cuerpo por las alturas a las que mi corazón sentido te sobrevuela acompañada de nuestras niñas, las que los dos mecemos desde antes de haberlas nacido, moraditas, pero no mucho Augusto, como yo, no más.
Estuve con ellas el día mundial del agua, como tu nos observaste mientras te refrescabas besando el helado rosa y rojo. Me hablaron entusiasmadas, con sus gestos que eran los que me enamoraron de ti.
Estuve con ellas el día mundial del agua, como tu nos observaste mientras te refrescabas besando el helado rosa y rojo. Me hablaron entusiasmadas, con sus gestos que eran los que me enamoraron de ti.
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