“Aprobaremos un plan contra la explotación laboral”
El presidente del Gobierno explica en una entrevista con EL PAÍS algunas de las reformas y planes de choque que prevé llevar a cabo
Tres semanas después de llegar a La Moncloa con una inesperada moción de censura, Pedro Sánchez (Madrid, 1972) tiene claro lo que quiere hacer, pero también lo que no quiere hacer. De la conversación se desprende que su objetivo fundamental en el Gobierno es tomar la iniciativa y no dejar que los demás marquen el ritmo. Se nota en especial en Cataluña. Pretende poner en marcha sus ideas y no limitarse a reaccionar a las posibles provocaciones. Sánchez mantiene su hoja de ruta: acercamiento en breve de los políticos presos catalanes, reunión con Torra el 9 de julio y tono dialogante. El presidente del Gobierno no puede desarrollar su programa porque solo tiene 85 diputados, pero cree que sí puede hacer planes contra la explotación laboral o la pobreza infantil, sacar de inmediato los restos de Franco del Valle de los Caídos y buscar leyes para las que sí tiene apoyos, como la eutanasia, cambios parciales en la reforma laboral, derogar la ley mordaza o elegir un nuevo presidente de RTVE. Y sobre todo, busca cómo acentuar el papel de España en la Unión Europea. Sánchez defenderá, como el presidente francés, Emmanuel Macron, un proyecto de reforma del euro más ambicioso que el que apoyaba el Gobierno anterior y una mayor integración en políticas de inmigración. La entrevista se desarrolla en su despacho, en el palacio de la Moncloa, que está prácticamente igual a como lo dejó el anterior presidente, Mariano Rajoy. La única diferencia son unos toques verdes (a Pedro Sánchez le gustan los cactus), dos esculturas pequeñas de Don Quijote, un busto pequeño del fundador del PSOE, Pablo Iglesias, y otro de Manuel Azaña, unas fotos familiares y un ligero olor a incienso, una fragancia que le gusta mucho.
Pregunta. ¿Cómo va a reaccionar el Gobierno ante la decisión de la Generalitat de Cataluña de romper relaciones con la Casa del Rey.
Respuesta. Los tiempos en que el Gobierno agravaba los problemas con Cataluña acabaron. Tenemos que ir paso a paso, reconstruir la confianza, la lealtad quebrada durante estos años de conflicto entre la Generalitat y el Gobierno de España. Esa es la voluntad que yo voy a manifestar al presidente Torra cuando me reúna con él el próximo día 9 de julio. Hay muchísimas cosas que se pueden hacer. Desde el año 2011 no se reúne la comisión bilateral, que puede servir para reducir los conflictos en recursos al Tribunal Constitucional, agilizar cuestiones como las infraestructuras, las inversiones. Mi voluntad es normalizar las relaciones institucionales. En el medio plazo hay que abordar entre todas las fuerzas políticas una renovación del pacto constitucional.
P. Si la Generalitat sigue forzando la tensión con la Casa del Rey, ¿cómo va a reaccionar?
R. La Casa Real acertó cuando planteó que en todo lo que tiene que ver con la política es el Gobierno y el presidente quien tiene que marcar las líneas. El president Torra sabe perfectamente que con quien tiene que dialogar para normalizar esas relaciones es con el presidente del Gobierno. Nosotros lo vamos a hacer. No se entendería que, por ejemplo, cuando se convoque el Consejo de Política Fiscal y Financiera, no esté la Generalitat.
P. Además de la normalización de relaciones institucionales, ¿puede haber interlocución política real?
R. Cuando activemos la comisión bilateral, ahí se van a tratar temas políticos, recursos que ha presentado el anterior Gobierno a leyes aprobadas por el Parlamento de Cataluña. Hay algunas que son de lejos inconstitucionales, como las vinculadas con el procés. Pero hay otras que tienen que ver con la pobreza energética y otras cuestiones sociales que pueden ser perfectamente tratadas.
P. ¿Y si el president desarrolla más leyes relacionadas con el procés?
R. Lo que espero es que no vuelvan a la unilateralidad. La crisis en Cataluña no se va a resolver en un año ni en dos, ni en cinco ni seis. Vamos a estar ante una crisis que va a necesitar de generosidad y de esfuerzo de todas las partes durante la próxima década. Por tanto, va a necesitar de normalización en primera instancia y, en segundo lugar, de acuerdo. En Cataluña existe una crisis política que tiene que ser resuelta desde el ámbito político, y no desde el ámbito judicial. Pero a cambio exijo que haya esa voluntad de reconstruir la confianza por parte del Gobierno de Cataluña.
P. ¿El Gobierno va a ordenar el traslado de los políticos presos a cárceles catalanas antes de la entrevista con Torra?
R. Yo desvinculo completamente lo que surja de la reunión con el president de algo que tiene un ámbito estrictamente judicial y de instituciones penitenciarias. Mi posición es que lo más razonable es que una vez se sustancie la instrucción, puede haber acercamiento. Lo razonable es que los presos, y sobre todo en prisión provisional, estén cerca de sus familias y de sus letrados. No es una cuestión de táctica. Nosotros en la oposición hemos sido muy críticos con la falta de respuestas políticas a la crisis catalana, hemos criticado que el Gobierno se escondiera detrás de las togas. Respetamos la instrucción del juez Llarena, y cuando Instituciones Penitenciarias considere que no hay riesgo de entorpecer esa fase de instrucción, se tomará la decisión.
P. El juez Llarena ya ha dicho que por su parte pueden hacerlo hoy mismo si quisieran. ¿A qué esperan?
R. En este tipo de cuestiones, siempre hay matices. No lo digo para polemizar, pero es el juez el que debe tasar los tiempos de la fase de instrucción. En cuanto se sustancie, el Gobierno tomará la decisión política y va en la línea que les he comentado.
P. ¿Los presos de ETA también se van a acercar?
R. Son cosas distintas. Son presos que tienen una condena en firme. Después del anuncio de disolución de ETA, y por tanto del reconocimiento de su derrota por parte del Estado de derecho, es evidente que la política tiene que adaptarse a esa nueva realidad. Pero lógicamente nosotros tendremos en cuenta, como no puede ser de otra manera, a las víctimas del terrorismo.
P. Este domingo asiste usted en Bruselas a una minicumbre informal que tratará el tema de la inmigración, el que más divide en este momento a la Unión Europea. Todo indica que se van a endurecer las posturas de la UE. ¿España comparte ese endurecimiento?
R. La crisis migratoria tiene como causa fundamental una razón demográfica. Del año 2018 al año 2050, en la UE seguiremos teniendo en torno a 700 millones de habitantes, pero África pasará a 2.400. El 60% de esa población va a tener menos de 25 años. El 40% de los niños nacidos en 2050 lo harán en África. No es un desafío que pueda resolverse en el corto plazo. En el medio plazo hay que hacer un gran Plan Marshall para estabilizar democrática, económica y socialmente esos países de origen. Y en el corto plazo, la UE tiene que regular los flujos migratorios. Tan demagógico es decir que se van a cerrar a cal y canto las fronteras en un mundo global como en el que estamos, como decir “puertas abiertas”. El Gobierno del PSOE ha abordado circunstancias semejantes a estas en el pasado. En 2004 y 2006 llegaron a las costas canarias 90.000 seres humanos. Ya entonces señalábamos que teníamos que hacer frente a esta crisis con un acuerdo europeo. No puede haber una respuesta unilateral. Nosotros con el Aquarius hicimos una llamada a la solidaridad. Pero una cosa es una crisis humanitaria y otra cosa es la política migratoria. Y esa política migratoria tiene que tener una respuesta común, europea.
P. Italia ya está rechazando otros barcos. ¿España acogerá a más?
R. Nosotros no vamos a ser insensibles a estas tragedias humanitarias, pero es evidente que España sola no puede dar respuesta.
P. ¿Esa respuesta común europea puede consistir en la creación de campamentos fuera de las fronteras de la UE?
R. Tengo que conocer más en detalle la propuesta que nos quieren hacer. No me parece una solución que sean los países fronterizos los que se hagan exclusivamente cargo. La eurofobia es el principal desafío que tiene la UE. Hay Gobiernos, como el italiano, que está teniendo un discurso antieuropeo, y donde está primando más el egoísmo nacional. Pero eso también tiene que ver con la falta previa de solidaridad por parte de la UE respecto a un país que está acogiendo a medio millón de seres humanos que vienen de las costas de Libia. La mejor manera de combatir la eurofobia es con una mayor integración. Somos un Gobierno europeísta y vamos a ir a la minicumbre de Bruselas y al consejo con la voluntad de dar una respuesta común.
P. Su discurso y el del presidente francés son los dos más europeístas que hay dentro de la UE. ¿Son España y Francia aliados en este momento?
R. Tuve ocasión de charlar con Macron y hubo una coincidencia en cuanto a los objetivos sobre la inmigración. Yo agradezco la ayuda que prestó con el Aquarius,y también la coincidencia en cuanto a la política de integración económica y monetaria. Se han dado pasos significativos en el Presupuesto de la zona euro, me gustaría que uno de los elementos fundamentales fuera la creación, de una vez por todas, del impuesto de transacciones financieras, y que se pudiera culminar la unión bancaria. Tener un fondo de garantías y de depósitos común sería un paso decisivo. Y también que se ponga en marcha un Tesoro único.
P. ¿Quieren incorporarse al eje París-Berlín, teniendo en cuenta que Italia se está quedando fuera?
R. Es una elección del Gobierno italiano. Nosotros lo que queremos es que haya un frente europeísta, que reduzca la eurofobia. Queremos incorporar a otros países que son también proeuropeos. Queremos que se refuerce ese eje Madrid-París-Berlín. Si uno analiza la perspectiva histórica, siempre que Francia, Alemania y España han ido de la mano le ha ido bien a la UE. A mí me gustaría también incorporar a Lisboa. Creo que esa perspectiva ibérica nos vendría muy bien y, además, con un Gobierno socialista amigo como el de António Costa.
P. ¿Qué van a cambiar en política de inmigración? ¿Van a quitar las concertinas, eliminar las devoluciones en caliente, eliminar los CIE?
R. Respecto a los CIE, estamos abiertos a su mejora.
P. Pero no a su eliminación.
R. Pero no a su eliminación, porque es evidente que los necesitamos. En cuanto a las concertinas, España tiene una rigurosa política de control de flujos migratorios, pero se pueden respetar los derechos humanos. Estamos en proceso de estudio de cómo sustituir las concertinas. Esto no va a significar que España va a abrir las puertas. Se pueden controlar los flujos migratorios sin tener que herir ni dañar a un ser humano.
P. ¿Cuándo van a sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos? ¿Va a ser rápido?
R. Queremos que el traslado de los restos de Franco sea inmediato. Creo que una democracia madura como la nuestra, europea, no puede tener símbolos que separen a los españoles. Este Gobierno va a cumplir con el mandato del Congreso de los Diputados de 2017 de convertir el Valle de los Caídos en un lugar de reconciliación.
P. ¿Podría dar una fecha? ¿Antes de agosto? Mucha gente duda.
R. Se hará. Si algo he demostrado es capacidad ejecutiva.
P. Uno de los grandes problemas de este país es que los jóvenes viven peor que sus padres. Sin embargo, los Gobiernos hablan de los viejos, de pensiones, y no de los jóvenes. ¿Qué se puede hacer?
R. Yo he seguido muy de cerca el debate sobre Deliveroo y todas estas demandas respecto a la precariedad y la falta de protección laboral de muchos de estos trabajadores que son jóvenes. El Gobierno va a aprobar un plan director de lucha contra la explotación laboral.
P. ¿Cómo sería? ¿Cuántos fondos? ¿Nueva regulación?
R. Hay muchas experiencias ahora mismo que se están haciendo en gobiernos autonómicos socialistas, Baleares por ejemplo, donde hay una presencia muy grande del sector hotelero. Se han movilizado recursos a la inspección laboral para hacer emerger esa realidad de explotación laboral que sufre desgraciadamente mucha gente en nuestro país. A los agentes sociales ya les anunciamos nuestra voluntad de poner en marcha ese plan director de lucha contra la explotación laboral.
P. ¿Cómo se desarrolla, qué ministerios intervienen, para cuándo lo tiene usted previsto?
R. Estamos trabajándolo. Lógicamente, será algo que compartamos con los gobiernos autonómicos porque evidentemente mucha de esa acción de inspección les incumbe también.
P. ¿Cómo va a garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones?
R. El Gobierno anima, apoya y aplaude que los sindicatos y empresarios acuerden una escalada de subida de los sueldos. Para mejorar la recaudación de la Seguridad Social es indispensable que haya un crecimiento salarial. Lo que no puede ser es que en la participación de los salarios en la renta represente ahora mismo, en términos agregados, el mismo volumen que en el año 1989.
También hay que abrir un debate para eliminar el tope a las cotizaciones a la Seguridad Social, las más altas. Es una de las recomendaciones del Pacto de Toledo. Y revisar la política de bonificaciones. Además, nosotros ya hablamos con el anterior Gobierno de la necesidad de crear impuestos finalistas, como el impuesto a las grandes empresas tecnológicas y también a las del sector financiero.
P. En el impuesto a la banca usted fue muy concreto cuando estaba en la oposición: ocho puntos de subida en el impuesto de sociedades. ¿Lo hará ahora que está en el Gobierno?
R. Proponíamos un recargo del impuesto de sociedades a la banca, sí. Vamos a ver. El Ministerio de Economía y el Ministerio de Hacienda están haciendo los números. Nosotros tenemos la intención política. Vamos a abrir el debate.
P. ¿En la reforma laboral hasta dónde se puede llegar?
R. Nosotros sostenemos que es necesaria la derogación de la reforma laboral, pero no hay una mayoría parlamentaria para hacerlo. Hay mayoría para revisar el artículo 42.1 del Estatuto de los Trabajadores para proteger a los trabajadores de las empresas subcontratadas. Tenemos que ser capaces de resolver el tema de la ultraactividad, porque la reforma laboral acabó con ella. Creemos que se puede abrir el debate sobre la prevalencia en la negociación de los convenios colectivos a nivel de empresa o a nivel provincial. Y luego yo creo que hay un amplio margen para hablar de la igualdad laboral, de la lucha contra la brecha salarial.
P. ¿Tiene usted segura la mayoría parlamentaria para aprobar el Presupuesto de 2019? Porque el de 2018 no lo puede usted prorrogar porque es el del PP, ¿no?
R. Bueno, el ánimo del Gobierno va a ser ese. Va a ser el de aprobar unos Presupuestos con una agenda social y mientras tanto ir con estos haciendo camino. Por ejemplo, en el próximo Consejo de Ministros vamos a aprobar un plan de choque contra la pobreza infantil. Hoy [por el viernes] es el último día de curso para los niños de los colegios públicos y, la semana que viene, de los concertados. Queremos garantizar la apertura de comedores escolares, campamentos a los niños que no tienen esa posibilidad, y luchar contra una realidad que duele y que afecta nada más y nada menos que al 28% de los niños y niñas de nuestro país. Hemos creado el Alto Comisionado de la pobreza infantil. Me voy a involucrar personalmente. Hay recursos públicos, pero también vamos a llamar a las grandes empresas para que nos echen una mano.
P. ¿Tienen en la cabeza a alguien para presidir RTVE?
R. Tengo claro el perfil, pero no tengo claro el nombre.
P. ¿Cuál es el perfil?
R. Tiene que ser una persona con una reputación acreditada y con la capacidad de poder articular consensos en torno a tres objetivos fundamentales. El primero, que la radiotelevisión española sea de todos los ciudadanos, no a lo que le diga el Gobierno de turno. Dos, tiene que tener un compromiso también con el sostenimiento en el medio plazo de un servicio fundamental como es el de la información. Y tres, yo creo que tiene que ser la expresión de una pluralidad que ahora mismo el consejo de administración no tiene.
P. ¿Por qué lo hace por decreto?
R. Porque no tengo más remedio. Hace un año impulsamos una ley para renovar el consejo de administración de RTVE a través de un mecanismo que era el comité de expertos. ¿Qué ha pasado? Que no se ha renovado, ni ha empezado siquiera la tramitación de las elecciones como consecuencia de la obstaculización del PP. No vamos a permitir un vacío de poder. Hay consejeros que llevan tres años sin renovarse. Quieren perpetuar un debilitamiento de un servicio público fundamental como es éste. Nosotros renovamos desde el Ejecutivo ese consejo de administración, pero respetamos el consenso de la Cámara. Les instamos simplemente a que lo hagan de manera urgente.
P. ¿Cuándo van a derogar la ley mordaza?
R. Ahora está en tramitación parlamentaria y por tanto lo que esperamos es que el Congreso, y creo que hay mayoría, modifique los elementos más perversos de esta ley.
P. ¿Habrá eutanasia en España antes del final de la legislatura?
R. Ese va a ser también uno de mis principales compromisos. Yo quiero que esta legislatura acabe con una ley de eutanasia en nuestro país y que sea reconocido como un servicio por parte de la sanidad pública, un servicio fundamental.
P. ¿Va a haber un refuerzo presupuestario de la sanidad?
R. Sí, vamos a apostar por mejorar la financiación de la sanidad. El Gobierno puede incentivar la inversión en la modernización de todos los aparatos que se necesitan en la sanidad pública. Y ahí nosotros vamos a poner especial énfasis. Vamos a reconstruir muchos de los derechos que han sido desmantelados a lo largo de estos últimos años, y en particular el de la sanidad pública.
P. ¿Cómo lo hará si ya ha dicho que no puede promover la reforma de la financiación autonómica?
R. Hay que ser realista. No voy a marear la perdiz, como hacía el Gobierno del PP. La culminación de todos esos trabajos será en la próxima legislatura, pero ahora podemos ofrecer mejoras parciales.
P. ¿Hay dinero para eso?
R. Sí, para eso sí hay dinero.
P. Sin embargo, España tiene ya un aviso de la Comisión Europea advirtiendo que es posible que no se cumpla el objetivo de déficit. Eso obligaría a reajustes, por no decir recortes.
R. El Ministerio de Hacienda está analizando la situación actual de los presupuestos y de los ingresos públicos.
P. Ahora que es presidente, ¿cómo ve todo lo que ha pasado? Fue destituido de su partido, ganó dos primarias, perdió dos elecciones, mucha gente no confiaba en usted.
R. La lección al final de la política y de la vida es que los caminos no están escritos. La moción de censura ha supuesto un cambio de época en la política española. Fue un ¡basta ya! a la corrupción y un sí a la regeneración democrática. Estamos en un cambio de época en la cultura política. Ya no podemos regirnos por parámetros que hace 15 días eran los normales. La sociedad española no los tolera. Es muy positiva la ilusión que se ha abierto. El Gobierno ha recogido reivindicaciones que estaban en la calle. Por ejemplo ¿qué reivindicó el 8 de marzo? El papel de la mujer en la vida social, económica y política de este país. El Consejo de Ministros ahora es el que más mujeres tiene en el mundo. Eso es consecuencia de ese 8 de marzo. Además, yo no voy a apartarme ni un milímetro del mandato de la regeneración democrática.
P. ¿Deberían pasar los candidatos a un cargo público una especie de test de idoneidad?
R. Yo no aspiro, y creo que los ciudadanos tampoco, a tener apóstoles ni santos al frente del Gobierno.
P. ¿Usted siempre pensó que sería presidente?
R. No, yo nunca lo pensé. Mi hoja de ruta era otra completamente distinta a la de la moción de censura. Era preparar primero las municipales y después presentarse a las generales. El acierto que tuvo el PSOE fue ser consciente de que la sentencia de la Gürtel era la gota que había colmado el vaso. La política estaba llegando ya a ser solo la página de sucesos. Ahora se ha devuelto a su lugar natural, que es hablar de paro, salarios y reformas.
P. ¿El ejercicio del poder ayuda a cohesionar los partidos?
R. Hombre, decir lo contrario…
P. ¿El PSOE podrá curar sus heridas? Ha sido un proceso muy traumático.
R. Pero mire lo que pasa fuera de España… La política renovada ahora mismo está sujeta a muchísimas tensiones externas e internas y el PSOE no ha sido ajeno. A diferencia de lo que le pasa a la socialdemocracia en otros países de la UE, nosotros hemos sabido anticipar esos avances. Con muchas dificultades, con debates internos, pero creo que es bueno para la izquierda que haya una socialdemocracia fuerte en España.
P. ¿Qué piensa al mirar hacia atrás?
R. Yo diría que este es un Gobierno sin hipotecas y eso también es importante. Es un Gobierno que nace de unas circunstancias totalmente extraordinarias. El objetivo fundamental es consolidar ese cambio de época. Esa es la principal tarea que tiene este Gobierno.
P. ¿Es usted un hombre con suerte o muy perseverante?
R. No es incompatible. Soy las dos cosas.
“PSOE Y PODEMOS SABEMOS QUE PARA TRANSFORMAR EL PAÍS TENEMOS QUE ENTENDERNOS”
Con la moción de censura ha mejorado mucho la relación con Podemos. ¿Se ha planteado usted un pacto de legislatura?
Es evidente que si hablamos, por ejemplo, de reconstrucción de derechos y libertades, de regeneración democrática, tengo más capacidad de entendimiento con Unidos Podemos que con Ciudadanos. Ciudadanos es el único partido político que apoyó a Mariano Rajoy para que continuara como presidente del Gobierno.
P: ¿Por qué ahora sí pueden acordar con Podemos y en 2016 fue imposible?
R: Todos hemos hecho una reflexión, hemos sido conscientes de que la izquierda y los progresistas tenemos la oportunidad de gobernar el país, de transformarlo, de modernizarlo para garantizar la cohesión social, de resolver el problema de la cohesión territorial y de convertirlo en un país con unos valores de solidaridad. La reflexión que se han hecho PSOE y Unidos Podemos es que tenemos que entendernos, que tenemos que trabajar para hacer esas transformaciones. En mi ánimo está poder hacerlo.
P: ¿Con un pacto de legislatura incluso?
R: Más que pacto de legislatura, hay una hoja de ruta que está marcada, fijada, en las proposiciones de ley que hemos ido aprobando a lo largo de esa legislatura. Hay suficiente material de acuerdo para que podamos entendernos y luego también extenderlo a otros, ya sean partidos nacionalistas o Ciudadanos y por qué no, al Partido Popular.
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