Toda concepción, toda observación, toda exploración tiene carácter discontínuo. Se hace entre dos puntos críticos denominados "críticos", o "umbrales". Por este motivo, toda regulación, todo tratamiento, lo es de estos "puntos críticos"
Es, por este motivo, que se describió el "objeto intermedio" o, posteriormente, "constante" para hacer "repetible" la observación y, con ello, memorizar de modo invariable, o no dependiente del observador.
No existe nada contínuo. La línea recta no existe en el Universo, es un concepto descrito por Euclides como herramienta base de la Geometría. Previamente describe el "objeto intermedio" (mediador a nivel personal que leí por primera vez era la profesión de una mujer de la que había escuchado y que nunca umbralizada, por razones obvias para mi ética) al que denominó "punto", cuya estructura es adimensional.
La mediadora, terapéuta, o reguladora es el concepto que nos lleva a la actividad más primigenia sobre la naturaleza, de "fisión", o umbralización del concepto "punto", denominado "núcleo". Y, en sentido inverso, "fusión"
Tanto la fisión como la fusión es la fuente primigenia de la energía, expansiva y contraída, respectivamente. En ambos casos, no regulable a nivel del "punto" y sí en cuanto a línea que, por la naturaleza discontinua se denomina "en cadena"
Solicito a la mediadora que defina, previamente a su actividad, si su regulación es de fisión o de fusión y, en todo caso, como regular sus umbrales para evitar la "ruptura" de una relación entre dos indivíduos humanos.
Ha de tener en cuenta que los psicólogos animistas provocan fisión nuclear no regulada. Y, los denominafos psicólogos conductuales tienen gran dificultar para regular su pretendida fusión personal, familiar y social, provocando la "desatomización", "dispersión", o "esquizomización" personal.
Leerse Aurora de Nietzche y La de Baum, es enriquecededor para quienes vivimos de la mediación, diagnóstica y terapéuyica que, en definitiva, es todo individuo humano libre, idiota y político. No así el individuo humano esclavo, que ni es idiota ni político, sino objeto del mercado, instrumento regulador propio de los individuos humanos libres que no saben que lo son con el carácter interumbral.
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