Desde los años cincuenta he vivido con la obsesiva concepción del abuelo de conformar una urbe asturiana que comenzaría por el Centro del Reino.
Hacer crecer en horizontal y degenerar en vertical.
Partir de una ruta de ida y vuelta para vehículos de tracción de máquina y de tracción de sangre que se iniciaría entre Gijón y Oviedo seguida entre Avilés y las dos anteriores para seguirse de estas tres con una a Llanes y otra a Vegadeo que seguiría con una a León pasando por Cangas del Narcea y otra a Palencia por Cangas de Onís.
Desde Quirós a Laviana pasando por Lena. Desde Lena a Oviedo y León. Abrir los puertos de Ventana y .
Desarrollar la urbanización unifamiliar, o de caserío, aldea y barrio y, desapreciar el piso, planta y edificio.
Desarrollar los ultramarinos con bar y sidrerías con tambor y gaita, junto con entendíu en char sidra.
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