viernes, 2 de agosto de 2019

El M. Ladrón

Un atardecer me permitió observar como dos individuos guardaban cajas de cartón en la vaguada del eucaliptal que descargaban de un camión pequeño que estaba en la curva por donde se iba a las casas del monte y por donde un arroyuelo llegaba al apeadero de la casa. Yo bajé por el camino escondido ppr mi y que solo sabian Olga, Wisky y yo. Nunca lo descubririeron sl abuelo cuando los cuatro bajábamos a coger el tren y ellos quefaban a la entrada de puertas de hierro y dos palmeras daban entrada a una pequeña estancia de prado con una mesa redonda de hierro y tres sillones de dos asientos. Al dia siguiente, el M y otro individuo sacaron las cajas a un automóvil. Dejaron una que se les robé y llevé, ya de noche, al garaje, al cuarto emparedado que tenía una puerta oculta a la bodega.
A la noche siguiente, después de cenar, tomé la caja y se la entregué al abuelo

¿De quién es eso?. Le conté lo que sabía. Cuando el M. Llegó tarde, las voces se siguieron de la expulsión violenta de M. por parte del abuelo.
Mi padre participó de la riña: "desgraciado, no te basta con ser M. sino ladrón de tabaco, para destruir esta familia".
Ni yo ni ostias, cabrón de mierda sinvergüenza"

continuó mi padre.
El abuelo concluyó: sal de esta casa, andando y te presentas a la GC de Posada
Ten cuidado con lo que dices. Si nos implicas te metemos en ña cárcel toda tu vida, dijo mi padre. El abuelo le dijo que no volviera a la casa ni al Coto, si lo haces no volverás a pensar. Dijo el abuelo

Desde aquel día no volvió más
Dijo a la señora Ernestina: quema su ropa, calzado y tods su habitación fuera y se quema. Así fué.

Tras la muerte de mi abuelo, mi padre le dió la llave y le dijo que quien no pisaría más la casa era él. Muérete en ella, asesino
Tu morirás con las manos de tus hijos, si los tienes.

Así ha sido.

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