A la noche siguiente, después de cenar, tomé la caja y se la entregué al abuelo
¿De quién es eso?. Le conté lo que sabía. Cuando el M. Llegó tarde, las voces se siguieron de la expulsión violenta de M. por parte del abuelo.
Mi padre participó de la riña: "desgraciado, no te basta con ser M. sino ladrón de tabaco, para destruir esta familia".
Ni yo ni ostias, cabrón de mierda sinvergüenza"
continuó mi padre.
El abuelo concluyó: sal de esta casa, andando y te presentas a la GC de Posada
Ten cuidado con lo que dices. Si nos implicas te metemos en ña cárcel toda tu vida, dijo mi padre. El abuelo le dijo que no volviera a la casa ni al Coto, si lo haces no volverás a pensar. Dijo el abuelo
Desde aquel día no volvió más
Dijo a la señora Ernestina: quema su ropa, calzado y tods su habitación fuera y se quema. Así fué.
Tras la muerte de mi abuelo, mi padre le dió la llave y le dijo que quien no pisaría más la casa era él. Muérete en ella, asesino
Tu morirás con las manos de tus hijos, si los tienes.
Así ha sido.
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