Señor Silvini,
Puede venir a mi casa. Le daré de comer para que no se muera de hambre. No comentaré el motivo por el cual le doy casa, comida y vestido.
Le estoy invitando desde la tierra de los lughones, Asturias.
Si desea, por curiosidad o por necesidad, quiere saber que significa vida, y usted quiere, le conversaré sobre la misma. Si, con agua, no con euforizantes.
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