Así funcionaba el complejo minero de Vegamediana en 1987
En 1899, la empresa minera Hulleras de Sabero y Anexas decidió levantar un complejo industrial en la zona de Vegamediana y Vegabarrio (Sabero), construyendo tres baterías para la obtención del coque con un total de 48 hornos, fábricas de aglomerados y briquetas.
El taller de clasificación de carbones y el lavadero tenían una capacidad de tratamiento de 100.000 toneladas anuales, empleando mediante bombeo las aguas del Esla.
Para dar servicio a este gigantesco conjunto fabril se instaló en 1900 un ferrocarril de 600 mm de ancho y 6 km de longitud, que transportaba los carbones extraídos en sus minas en el Valle de Sabero.
Desde allí, y por vía de ancho métrico, se trasladaban los productos hasta enlazar en Cistierna con el ferrocarril de La Robla, desde dónde eran enviados hasta los altos hornos vizcaínos.
Algunas de sus locomotoras que hoy están expuestas por el antiguo valle minero llegaron a ser construidas en las mismas instalaciones.
Junto a las instalaciones industriales se edificaron talleres y depósitos para las locomotoras, viviendas para trabajadores y un gran número de construcciones auxiliares, llegando a asemejarse aquel imponente complejo a una pequeño pueblo, al que solo le faltaba la iglesia.
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