Todos los días, hacia las siete de la tarde hablaba con mis padres. Aquel día me dijeron que Mami yacía muerta en su cama, desde la mañana. Esperaban mi llamada para decidir la hora del entierro. Salí inmediatamente para llegar hacia las cinco de la madrugada. Estaba vestida yaciente en el ataud.
En su mano derecha le puse los 30 reales en modo de doblón de oto, en su mano derecha, cerrándole el puño. Me habia dado la moneda para pagar el viaje a Caronte y no estar penando, como ella había hecho con mi abuelo.
En su pecho puse una placa de plata en la que se leía: "Santa María de Lugo de Llanera - Dolores Alvarin.
Por la noche regresé a Madrid para entregar mi memoria acerca de una interpretación del teorema de Onsager con la cual cerraría mi carerra cuando así se lo comunicara a mi muy querido catedrático; se lo comuniqué en enero de 1975 cuando no me permitieron prorrogar mi entrada forzada en el ejército.
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