China patenta una vacuna y anuncia que puede comenzar la producción de forma inminente
Varios países se ofrecen para culminar la última fase del proyecto de CanSino Biologics tras los ensayos en militares
Viales de la vacuna contra el covid de la empresa china CanSino, fotografiados en Wuhan. En vídeo, China anuncia que ha patentado su primera vacuna contra el covid-19.
Madrid / Pekín - 17 AGO 2020 - 12:34 CEST
China ha registrado en su oficina de Propiedad Intelectual una de sus propuestas de vacuna contra la covid para empezar a producirla “en masa en un breve periodo de tiempo”, según se ha anunciado este lunes sin especificar el plazo exacto. El proyecto patentado se encuentra en su tercera fase de pruebas, la última antes de su implantación.
Esta vacuna ha sido desarrollada por el Instituto Científico Militar y la compañía biofarmacéutica china CanSino Biologics. Tras los ensayos entre militares del ejército del gigante asiático, países como Arabia Saudí, Rusia, Brasil y Chile se han ofrecido para ser sede de las últimas pruebas.
Los resultados “esperanzadores” de esta vacuna, al contrario que la rusa, cuya investigación sigue sin hacerse pública, sí fueron sometidos a examen en una investigación publicada a finales de julio en la revista The Lancet.
“La patente es una garantía que confirma la eficacia y seguridad de la vacuna”, ha asegurado CanSino en un comunicado, en el que añade que están preparados para su producción masiva, sin especificar fechas, por ser “rápida y fácil” y capaz de inducir al cuerpo “a generar una fuerte respuesta inmune celular y humoral en poco tiempo”, según recoge el periódico cantonés Southern Metropolis.
La investigación publicada en julio en The Lancet recogió que, tras los primeros ensayos de mayo, se hicieron pruebas en 508 personas con resultados positivos. No obstante, la tercera fase, con miles de voluntarios, continúa abierta.
Esta vacuna usa un adenovirus del resfriado común (Adenovirus tipo 5, Ad5-nCoV) para introducir en las células humanas información genética del nuevo coronavirus
Esta vacuna usa un adenovirus del resfriado común (Adenovirus tipo 5, Ad5-nCoV) para introducir en las células humanas información genética del coronavirus, con las instrucciones para fabricar solo algunas de sus proteínas virales y generar una respuesta inmune sin riesgo de padecer la enfermedad. Ha sido desarrollada con la colaboración de la Academia Militar de Ciencias a raíz de una vacuna contra el virus del ébola que obtuvo una licencia provisional en 2017. El proyecto ha sido liderado por la bioingeniera militar Chen Wei, una de los científicos más conocidos del país y quien aterrizó en Wuhan el pasado enero con instrucciones de encontrar remedio al virus, entonces recién descubierto.
El registro internacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha contabilizado 167 vacunas experimentales contra la covid. Un total de 29 están en fase de evaluación clínica y seis en los últimos periodos de experimentación.
Las vacunas experimentales se diseñan en cultivos de células humanas y en animales de laboratorio, pero después deben demostrar que son seguras y eficaces en pruebas en personas. El primer ensayo en humanos, denominado fase 1, incluye a unas decenas de voluntarios sanos y sirve para descartar efectos graves. En la fase 2, ya con cientos de personas, los científicos vigilan los efectos adversos, analizan las defensas generadas (glóbulos blancos y anticuerpos) y calculan la dosis adecuada. Solo la fase 3, con decenas de miles de participantes, puede demostrar que la vacuna es realmente segura y eficaz. El desarrollo de una vacuna suele requerir unos 10 años, aunque el récord en el siglo XXI lo posee la farmacéutica estadounidense MSD, cuya inyección contra el ébola solo necesitó cinco años desde el inicio de los ensayos en humanos en 2014 hasta su autorización en 2019.
Otra vacuna china
Otra vacuna de China ha publicado resultados seguros y generadores de respuesta inmune, según los datos de las pruebas clínicas publicados en The Journal of the American Medical Association. Este proyecto del Instituto de Productos Biológicos de Wuhan, filial de China National Biotec Group (CNBG), Sinopharm y el Instituto de Virología de Wuhan de la Academia de Ciencias de China, se encuentra entre las fases 1 y 2.
El instituto afirmó en un comunicado compartido con el tabloide oficial Global Times que los 1.120 voluntarios que recibieron la vacuna en la primera y segunda fase de ensayos generaron anticuerpos contra la covid-19 tras dos dosis. “La vacuna ha demostrado ser efectiva y segura”, sentenciaba el texto. Los resultados mostraron que indujo eficazmente anticuerpos neutralizantes en los voluntarios y demostró una buena inmunogenicidad, es decir la capacidad de una sustancia para desencadenar una respuesta inmune. El trabajo de investigación también evaluó la seguridad de la vacuna y concluyó que no se observaron reacciones adversas graves. La reacción adversa más común fue dolor en el lugar de la inyección, seguida de fiebre, ambas leves y autolimitadas.
El calendario propuesto establece que la tercera fase concluya en agosto, seguida de una observación médica en septiembre cuyos datos serán revelados en octubre. A partir de entonces, la vacuna podría ser finalmente aprobada y comenzar su distribución ese mismo mes. La planta industrial de Sinopharm en Pekín es el mayor centro de manufactura para vacunas contra la covid-19 del mundo, según detallaba el medio público. Junto a un segundo complejo industrial en Wuhan, la firma estaría en condiciones de producir 200 millones de dosis anuales, lo que permitiría inmunizar a 100 millones de personas al año.
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