“Quien entregó a la comunidad
benedictina la custodia del cuerpo de Franco fue el Rey”
Lleva tres años y medio como prior del Valle de los Caídos, abadía benedictina a la que el régimen confió hace 60 años el mantenimiento del culto en el templo cuya construcción anunció Franco el mismo día en que el bando nacional ganó la Guerra Civil y donde reposan sus restos desde hace más de cuatro décadas. Santiago Cantera Montenegro (Madrid, 1972), experto en Historia Medieval y doctorado con un trabajo sobre los cartujos en la religiosidad y la sociedad españolas, tenía tres años cuando murió el dictador. “Sólo recuerdo alguna imagen de la comitiva cuando se dirigía hacia el Valle de los Caídos”, evoca en una entrevista con El Independiente, concedida días después de que la congregación retirase el recurso contencioso-administrativo que bloqueaba la exhumación de los restos de los hermanos aragoneses Lapeña Altabás.
Hace ahora dos años, un juzgado de San Lorenzo de El Escorial (Madrid) reconoció el derecho de los descendientes de estos dos republicanos -dos de las 33.847 víctimas enterradas en los osarios habilitados en la basílica menor levantada en este valle de la Sierra de Guadarrama- a darles una “sepultura digna”, resolución que se ve ahora más cerca tras desistirse la orden religiosa del procedimiento promovido en la Audiencia Nacional al considerar ya salvaguardo el derecho de los familiares que desean que no se toquen los restos de sus antepasados. La duda que se plantea es si los huesos de Manuel y Antonio Ramiro Lapeña se encuentran en el osario al que se accederá ahora tras el fin del litigio judicial.
Cantera, que dejó de impartir clases de Historia en la Universidad San Pablo-CEU para incorporarse a la congregación dependiente de la Abadía de Solesmes (Francia) en 2002, dice entender que las familias de las víctimas quieran enterrar a sus seres queridos donde deseen y sobre el enterramiento de Franco recuerda: “No fue decisión de la comunidad benedictina traer los restos ni tampoco está en nuestras manos la decisión de sacarlos”.
Pregunta.-¿La retirada del recurso por parte de la comunidad benedictina pone fin de forma definitiva al conflicto por las exhumaciones?
Respuesta.-Pienso que en este momento el conflicto está solucionado, en tanto se ha retirado ya el recurso contencioso-administrativo que había interpuesto la comunidad siguiendo los cauces legales que desde Patrimonio Nacional se habían establecido. De esta forma, se da la posibilidad de que los técnicos del CSIC del Instituto Eduardo Torroja puedan realizar las pruebas internas que faltan, puesto que ya se habían realizado las externas, para ver si es posible definitivamente el acceso al interior del osario en cuestión y que ya luego los forenses determinen si es posible la identificación individual de los restos cadavéricos. Ya entra la labor de los técnicos. El derecho de los descendientes que habían solicitado que no se tocaran los restos de sus familiares queda salvaguardado en el caso de que hubiera que manipularlos.
P.-¿Y cómo quedarían salvaguardados?
R.-En el caso de que hubiera que tocar los restos de sus familiares habría que pedirles permiso.
Si la familia pide sacar los restos de Franco de la basílica y el Rey determina que sí, no nos podemos oponer”
P.-¿Son muchas las familias que expresamente han solicitado que no se toquen los restos de sus antepasados?
R.-Hay 35 cartas que yo conservo. Son normalmente documentos de tipo judicial en los que descendientes alegan que están conformes con el lugar donde están sepultados y no quieren que los restos de sus familiares sean manipulados. La abadía, o personas del entorno, han hablado con ellas para que sepan que sus derechos quedan salvaguardados al tiempo que se permite que se realicen estas operaciones sin daño en los osarios y en los restos de sus familiares para poder satisfacer los deseos de quienes habían solicitado la exhumación y dar cumplimiento al auto judicial. Hay que velar también por los intereses de terceros.
P.-¿Desde cuándo tiene la certeza de que quedan salvaguardados todos los derechos? ¿Por qué no han retirado antes el recurso?
R.-Hace ya algunas semanas, pero, como digo, había que garantizar que estas familias no recurrieran contra nosotros.
P.-Para que me quede claro, ¿cuál es la prueba evidente que les permite tener esa seguridad de que los derechos no se vulneran?
R.-Las consultas que hemos hecho y las reuniones que tuvimos con los técnicos del CSIC, valorándolo nuevamente después y tratando de llegar a un punto de confluencia. Ha habido una senadora del PP, Esther Muñoz, que también ha realizado una labor de mediación importante para que se pudiera dar satisfacción a todas las partes.
P.-¿Cuándo retiraron el recurso exactamente?
R.-El pasado viernes. Aunque se ha dado la noticia como que ha sido este lunes fue el viernes cuando la comunidad benedictina, a través del procurador, presentó escrito de desistimiento en la Audiencia Nacional.
No tenía ni cuatro años cuando murió Franco; sólo recuerdo alguna imagen de la comitiva cuando se dirigía hacia el Valle de los Caídos”
P.-Ya no hay, por tanto, ningún impedimento para que se puedan exhumar los restos de los hermanos Lapeña Altabás…
R.-Podría suceder que alguna familia se opusiera, pero hasta el momento no ha habido nadie que haya recurrido. Al menos que yo sepa.
P.-¿Existe la plena certeza de que los restos cadavéricos de los hermanos Lapeña están en el nivel exacto del osario (piso tres de la Capilla del Sepulcro de la cripta derecha) donde se pretende acceder?
R.-No es seguro, no aparecen reflejados en los libros de registro.
P.-Y los restos cadavéricos de las familias que se oponen, ¿están identificados?
R.-Sí, sí. Están identificados.
P.-¿Cuándo podrían comenzar los trabajos del CSIC para que los forenses puedan acceder posteriormente al interior de los osarios?
R.-Supongo que en breve; no lo sé con certeza. Parte de los trabajos están ya realizados. Se hicieron trabajos para el levantamiento de planos, con pruebas termográficas… Lo que queda únicamente es ver cómo se puede realizar el acceso al interior.
P.-¿Está en muy malas condiciones ese osario en concreto?
R.-No se conoce. Cuando se abrieron en el año 2009 con motivo del informe encargado por el Ministerio de Justicia, los forenses pudieron analizar otros osarios, pero a éste –el tercer nivel de la Capilla del Sepulcro de la cripta derecha– no se pudo acceder porque dieron con una viga. Se ha estado viendo por dónde se podría entrar, con lo cual no se conoce el interior. Por comparación con el informe que ellos mismos realizaron de otros pisos del mismo lado es de suponer que esté muy deteriorado por el paso de los años. Hablamos de sepulturas de hace 50 años, dependiendo de los pisos, y con toda la humedad que existe allí el deterioro debe de ser grande. Eso ya lo determinarán los técnicos. De momento, es una suposición.
P.-El acceso, entonces, está localizado, ¿no?
R.-Sí, lo que habría que hacer es penetrar y ver si es posible. Los técnicos ya saben cómo se realizaría.
P.-En teoría, no hay ningún obstáculo ya para que los trabajos puedan iniciarse en breve espacio de tiempo, ¿no?
R.-Relativamente pronto. Está en manos de los técnicos.
La Diócesis de Madrid puede hacernos recomendaciones, pero sólo tiene autoridad en cuestiones como la administración de sacramentos”
P.-¿Quién lo financiaría?
R.-Supongo que se financiaría a través de Patrimonio Nacional. Eso excede mi responsabilidad.
P.-¿Hay un cálculo concreto de cuántos restos cadavéricos se pueden encontrar en ese osario concreto?
R.-Varios miles.
P.-¿Y se conoce la procedencia geográfica de esos restos?
R.-Sí, hay unos libros de registro que permiten conocer la procedencia tanto de los restos identificados como de los desconocidos. De todos los sepultados en la basílica, aproximadamente una tercera parte son desconocidos. De hecho, en el caso de estar los restos de estas dos personas que se buscan, que no es seguro que estén, estarían entre 87-89 desconocidos.
P.-¿No aparecen en el libro de registro los nombres de los hermanos Lapeña Altabás?
R.-No, no aparecen esos nombres. A veces se puede conocer la existencia de personas que fueron trasladadas hasta aquí contrastándolo con datos de los cementerios y archivos de las poblaciones de procedencia. Pero hay casos en los que no se puede conocer con seguridad.
P.-¿Recuerda alguna provincia concreta de la que procedieran restos sepultados en el osario en el que se buscarán los de los hermanos Lapeña?
R.-No lo recuerdo ahora con exactitud.
R.-En esas capillas laterales grandes hay cinco pisos y en las seis capillas de la Virgen hay otros con menos pisos. Tampoco se conoce a la perfección el interior porque, por lo que se sabe, conforme se iban llenando se pasaba a otro nivel y se cerraba.
Me sorprendieron las declaraciones de monseñor Blázquez. Me reuní dos semanas antes con él para exponerle que estábamos en la vía de retirar el contencioso”
P.-¿Ésta sería la primera exhumación que se practicará en el Valle de los Caídos?
R.-Hubo un caso en los años 80. Luego no se han realizado más.
P.-Cuando se acceda al interior del osario, ¿los restos serían trasladados a las instalaciones del CSIC?
R.-No, no. El trabajo de los técnicos del CSIC se limitaría a analizar los materiales de construcción. El análisis de los restos quedará en manos de los forenses. Éstos, probablemente, tendrían que trabajar in situ. La manipulación de todos los restos necesitaría el permiso del resto de familiares.
P.-¿Entiende que los familiares de los hermanos Lapeña quieran darle “digna sepultura”, como reconoció el auto judicial?
R.-Sí, sí. Lo entiendo perfectamente. Me gustaría aclarar algo que se ha malinterpretado. Se ha dicho que nosotros nos oponíamos a las exhumaciones. Nosotros, en sí mismo, no nos oponemos al derecho de ninguna familia a exhumar los restos de sus familiares y podemos entender perfectamente que los quieran trasladar a otro lugar. Lo que defendíamos nosotros era que ese derecho, reconocido en el auto del juez, tenía que ir paralelo al de quien no quiere que se toque a sus familiares -derecho igualmente reconocido en el auto- y a la seguridad de que no hubiera daño estructural en el interior de los osarios. Como no se conoce bien el estado realmente en que éstos se encuentran puede haber un hundimiento de un piso sobre otro como consecuencia del deterioro provocado por el paso del tiempo, por ejemplo.
P.-¿Y esos derechos no estaban asegurados hasta ahora?
R.-Consideramos que plenamente no o por lo menos que estas familias lo pudieran comprender.
P.-Usted tenía tres años cuando murió Franco. ¿Conserva algún recuerdo?
R.-No llegaba a cuatro años. No recuerdo nada de él. Alguna imagen de la comitiva cuando se dirigía hacia el Valle de los Caídos. Es lo único que quizá recuerdo.
P.-¿Tiene antepasados en su familia que fueran víctimas en la Guerra Civil?
R.-A nivel cercano, no. No hubo propiamente víctimas ni en un bando ni en otro.
El derecho de los descendientes que habían solicitado que no se tocaran los restos de sus familiares queda salvaguardado si hubiera que manipularlos”
P.-Se lo preguntaba por el derecho de miles de familias a poder dar sepultura a sus seres queridos, cuyos restos siguen en fosas comunes o en cunetas…
R.-Como ya he dicho, nosotros en ningún momento nos oponemos al derecho de una familia a recuperar los restos de su familiar y a enterrarlos donde deseen. Pero teníamos que defender a la otra parte y que no hubiera daños estructurales. Así lo expusimos en el primer escrito que enviamos a Patrimonio Nacional.
P.-¿Usted no cree que hay una deuda pendiente con una parte de las víctimas de la Guerra Civil?
R.-Yo en esos temas prefiero no entrar. Se le podría dar la vuelta a todo lo que dijera.
P.-¿Conoce el informe que emitieron los expertos en noviembre de 2011 a encargo del Gobierno de Rodríguez Zapatero sobre las actuaciones que se podrían desarrollar en el Valle de los Caídos?
R.-Sí. Como respondí al Senado, es un informe dirigido al Gobierno. No quiero hacer valoraciones de todo lo que exceda el tema de las exhumaciones.
P.-Permítame que le insista por algunas de las conclusiones que planteaba esa comisión, como la conveniencia de retirar los restos de Franco de la basílica…
R.-Permítame que no entre por la razón aludida. No obstante, déjeme que le diga que nosotros tenemos la custodia pero quien tiene la competencia es la familia y la autoridad estatal.
Podría suceder que alguna familia se opusiera, pero hasta el momento no ha habido nadie que haya recurrido; al menos que yo sepa”
P.-¿No sería la Iglesia la que tendría que autorizar cualquier actuación que se haga dentro de la basílica?
R.-La Iglesia tiene la custodia, pero quien tiene la potestad para determinar la salida del cuerpo sería la familia y la autoridad estatal competente.
P.-¿Se refiere a Patrimonio Nacional?
R.-No, sería la Jefatura del Estado. Quien entregó a la comunidad benedictina la custodia del cuerpo de Franco fue el Rey y, por lo tanto, es una cuestión que depende de la familia y de la autoridad estatal competente. Nosotros lo que tendríamos que impedir es una extracción ilegal del cuerpo. Eso no lo podríamos permitir, ni de él ni de nadie. Si la familia pide sacarlo y el Rey determina que sí, nosotros no nos podemos oponer. No fue decisión de la comunidad benedictina traer los restos ni tampoco está en nuestras manos la decisión de sacarlos.
P.-¿Vería con buenos ojos que pudiera levantarse un memorial que incluyera la inscripción de los nombres de todas las víctimas de la Guerra Civil?
R.-Realmente me parecería bien. En su momento se pensó colocar un ‘Libro de honor’ con los nombres de todos los sepultados en la basílica, tanto de un bando como del otro, y se pensó inscribir sus nombres en la exedra de la entrada. Al final, por desgracia, no se hizo ni lo uno ni lo otro.
P.-No sé si considera que, entrados ya en el siglo XXI, sería el momento de que se le dé una solución al complejo monumental para que no siga representando la victoria de un bando sobre otro…
R.-El sentido del monumento apunta a la reconciliación, desde luego.
No es seguro que los restos que se buscan estén en el osario al que se quiere acceder; sus nombres no aparecen en los libros de registro”
P.-¿Usted cree?
R.-Otra cosa es cómo se interprete. Siempre se puede caminar en vías de que se sienta más como reconciliación de las dos Españas. Pero la idea, desde luego, es ésa.
P.-Ya le garantizo yo que una parte de la sociedad no lo ve precisamente como símbolo de la reconciliación…
R.-Eso lo sé. Puedo tener mi opinión, pero permítame que insista en no hacer declaraciones al respecto. Se podrían retorcer mis palabras.
P.-¿No cree que, por el tiempo transcurrido y la nueva realidad socio-política, sería el momento de renovar el convenio de 1958 por el que la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos le encarga a la comunidad benedictina que se encargue del mantenimiento del culto en la iglesia del Valle de los Caídos, adiestrar una escolanía y dirigir el Centro de Estudios Sociales, entre otras obligaciones?
R.-Insisto, no quiero entrar en temas polémicos.
P.-¿Por qué decidió no acudir al Senado cuando fue citado?
R.-Lo expliqué en la carta que envié al presidente de la Comisión de Justicia. Señalé los deberes que tenía frente al monasterio y dejé claro que no nos oponíamos al derecho a la exhumación de los restos que había reconocido un juez. Pero teníamos que salvaguardar también el derecho de los descendientes que no quieren que se manipulen los restos de sus familiares y la seguridad estructural de los osarios en los que se encuentran.
P.-¿Espera la visita de los senadores el lunes [la Cámara Alta ha anunciado este miércoles la suspensión de la misma tras retirarse el recurso]?
R.-No sé si se mantiene o está suspendida. Sólo mantenían su interés los representantes del PP y el PNV. No sé si finalmente vendrán, sinceramente, al estar ya resuelto el problema.
P.-De llevarse a cabo, ¿en qué consistirá la visita?
R.-Les recibiría en alguna sala y después visitaríamos la basílica y la zona en la que se encuentran las sepulturas.
P.-¿Tendría inconveniente en recibir a personas cuyos familiares se encuentren sepultados en el Valle de los Caídos?
R.-No, no tendría inconveniente ninguno. Incluso se ha hablado de esa posibilidad.
P.-¿Cómo podría arbitrarse?
R.-Sería cuestión de estudiarlo. Insisto, no tendría problemas.
Las sepulturas, según los niveles, tienen más de 50 años de antigüedad y con toda la humedad que existe allí el deterioro debe de ser grande”
P.-¿Usted cree que el camino que han abierto los descendientes de los hermanos Lapeña será seguido por muchos familiares más?
R.-Sé que hay peticiones, aunque creo que no son muchas.
P.-Para que se pudieran llevarse a cabo exhumaciones en otros niveles de los osarios, ¿tendría que mediar un auto judicial o ya no haría falta?
R.-No sabría responderle. Eso sería para un diálogo posterior.
P.-Usted depende del abad Philippe Dupont. ¿Qué instrucciones ha recibido de él para resolver esta situación?
R.-El deseo de la mejor solución, dentro de que desde Francia conocen la situación un poco más de lejos.
P.-¿Ha contribuido Dupont a desbloquear la situación?
R.-Sí, sí, sí. Desde la congregación, especialmente los dos abades españoles, se ha ayudado a buscar la mejor solución y a que se desbloqueara.
P.-Una orden que dictara el Papa sería de obligado cumplimiento para usted, ¿no?
R.-Sí, sí. Claro. En realidad, para todo eclesiástico.
P.-¿La Diócesis de Madrid podría dictar una orden que a usted le vinculara?
R.-No. Únicamente puede hacer recomendaciones, si bien en cuestiones como la administración de sacramentos sí puede tener autoridad. En otro orden de cosas, no.
Hubo un caso de exhumación en el Valle de los Caídos en los años 80. Desde entonces no se ha realizado ninguna más”
P.-¿Y a efectos de la gestión de la basílica?
R.-No, sería propiamente de la Santa Sede y de nuestra orden en Francia.
P.-Hay quien interpreta que usted cambia de opinión y ordena la retirada del recurso a raíz de una llamada que recibe de monseñor Ricardo Blázquez. ¿Esa llamada fue decisiva?
R.-Con monseñor Blázquez me reuní dos semanas antes y ya le expuse que estábamos en la vía de retirar el contencioso, animándonos él en la misma línea. Pero sus declaraciones públicas son posteriores a la entrevista que tuve con él en Valladolid, adonde me desplacé para abordar este asunto después de haberle solicitado el encuentro.
P.-¿Le sorprendieron entonces las declaraciones de Blázquez?
R.-Debo reconocer que sus declaraciones públicas sí me sorprendieron; habíamos hablado dos semanas antes.
P.-O sea, él sabía que la comunidad benedictina estaba en vías de retirar el recurso…
R.-Él ya sabía que nosotros llevábamos varias semanas en la línea de resolverlo y retirar el contencioso.
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