La sociedad de Ucrania, de su península de Crimea, de sus viejos tártaros, está olvidada.
No, la recuerdo con pasión. El "moro" tomado por sus crines con mi mano izquierda, recorrio sus llanuras para otear el horizonte inexistente de las llanuras húngaras para ir en busca del Vístula camino de Rusia hasta Siberia. He bajado de su hermosa cordillera y seguido el valle del Dniéper. No podré olvidar laa lecturas que me acercaron al "caballu"; tenía séis años y había hecho la 'primera comunión"; era el junio de mis séis años.
No olvido a quien me intridujo en mi condición de pertenecer a una vieja familia campesina asturiana.
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