El Tribunal Supremo británico estudia un intento de cambiar la legislación en Irlanda del Norte para permitir el aborto en casos de violación, incesto o malformación grave del feto.
Irlanda del Norte sólo permite el aborto cuando la vida de la madre está en peligro. La pena por practicar un aborto ilegal es de cadena perpetua.
Como resultado, muchas mujeres afrontan circunstancias trágicas.
“No podemos seguir con una situación que niega a las mujeres la posibilidad de elegir, que rechaza su autonomía y trata a las mujeres como ciudadanas de segunda clase. Los políticos han fallado a las mujeres. No han sabido proteger sus derechos, ni han valorado sus vidas lo suficiente como para cambiar la ley discriminatoria de Irlanda del Norte”, declaraba Grainne Teggart, portavoz de Amnistía Internacional.
Sarah Ewart abortó en Inglaterra cuando supo que su feto sufría una malformación.
“He explicado antes que no he roto con mi familia. No sé si esto me volverá a suceder, pero me dijeron que tengo bastantes probabilidades de que me ocurra otra vez. Muchas mujeres se ponen en contacto con nosotras en privado porque también han pasado por esto. Necesitamos ayuda en nuestros hospitales con nuestros propios equipos médicos y es por eso que estamos aquí, para pedir la ayuda”.
Durante una vista de tres días, siete jueces del Tribunal Supremo británico escucharán argumentos a favor y en contra de los cambios propuestos antes de pronunciarse.
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