Revolución de Asturias o la valentía de mineros y obreros
La Revolución de Asturias de 1934 fue una sublevación coordinada entre las distintas fuerzas de izquierdas asturianas con el fin primordial de abolir el sistema republicano que había establecido la Constitución de 1931 y sustituirlo por un régimen socialista.
Tal episodio ocurrió en un proceso más amplio que se expandió al conjunto de España y al que se denominó “Revolución de 1934,” si bien al ser en la tierra de Don Pelayo donde tuvo mayor énfasis, es citado como ejemplo del levantamiento.
Causas de una revuelta que pudo ser el preludio de la Guerra Civil
Uno de los acontecimientos más importantes que acaecieron durante la II República fue la huelga general que convocaron los sindicatos con el partido socialista a la cabeza, provocando una serie de graves incidentes que hicieron que la reacción del gobierno central no se hiciera esperar.
La principal casusa que podemos citar en relación a la revuelta que nos ocupa es el precario sistema en el que venían desenvolviendo sus vidas los obreros de Asturias.
El principado era una región muy ruralizada debido a su terreno, el cual en la mayoría de las ocasiones provocaba grandes diferencias entre los habitantes de las zonas montañosas y los de las zonas costeras.
Como quiera que uno de los primordiales motores de la economía era la minería, aunque formara parte de las zonas españolas más industrializadas, el territorio astur contaba con grandes déficits que requerían atención y a los cuales el gobierno central era incapaz de dar arreglo.
Algunos historiadores consideran que la Guerra Civil comenzó aquel octubre del 34. Aunque la mayoría no sostienen esta teoría, sí están de acuerdo en que en que fue un inequívoco adelanto de lo que vendría poco después.
Desarrollo del “Octubre Rojo en Asturias”
El 5 de octubre de 1934 los mineros asturianos, que disponían de armas y dinamita, se hicieron con el control de las minas más significativas de la región. A partir de entonces, se inició una batería de actividades paramilitares destinadas a la rendición de cuarteles. En total fueron un total de 23 cuarteles de la guardia civil los que depusieron las armas en los inicios de la sublevación.
La capital del principado acabaría por caer el 9 de octubre tras una concatenación de fallos que no permitieron a las autoridades mantener sus defensas. Al día siguiente, prácticamente toda Asturias se había levantado en armas contra el gobierno central, mostrando un ejército conformado por obreros y mineros que llegaba a los 30.000 hombres.
Continuando con el resumen de la revolución asturiana, la respuesta del gobierno a estos actos fue rigurosa. Una vez tuvo conocimiento de las primeras notificaciones sobre el alzamiento obrero envió un comunicado advirtiendo de que su acción sería considerada como una declaración de guerra civil.
El modo gubernamental de sofocar la revuelta no sería otro que la reagrupación de las tropas regulares y de la legión, además de que el crucero Almirante Cervera y el acorazado Jaime I pusieran rumbo a bombardear algunas de sus zonas costeras. Así, el enfrentamiento se atajó por varios frentes:
Mieres. La localidad había caído en manos obreras y mineras que se dirigirían a Oviedo, al creer que la huelga se estaba desarrollando en León. Al tener conocimiento de que no era así, tuvieron que hacerse fuertes para combatir al general Bosch. El cerco obrero fue desestabilizado, llegando hasta Mieres.
Gijón. El desembarco de los regulares de África liderados por el coronel Yagüe el día 7 de octubre, provocó la huida de los milicianos, aunque la huelga convocada se mantuvo hasta el día 16. A pesar de ello, el día 10 la cuidad se consideró pacificada y las tropas continuaron avanzando hacia Oviedo.
Galicia. Fue el tercer frente abierto a través del que las tropas de López Ochoa pudieron tomar la fábrica de armas de Trubia.
Santander. Desde Bilbao, el coronel Solchaga entró por Santander, dirección Oviedo.
Final de una rebelión que se saldó con más de 1000 muertos
El día 10 de octubre las circunstancias del comité revolucionario habían sufrido un cambio drástico, tras el avance de las tropas del gobierno por cuatro frentes. Al mismo tiempo, las noticias que llegaban sobre el fracaso de la huelga general en prácticamente la totalidad de la geografía español no eran nada halagüeñas.
El 11 de octubre el conflicto bélico llegaba al núcleo central de Oviedo, con el asedio de Yagüe que hizo que comité y milicianos se aferraran a un estéril combate. El 13 de octubre capituló Oviedo y se produjo la retirada de los obreros a las cuencas mineras, donde fue conformado el último Comité Revolucionario, que cayó el 18 de octubre, dos semanas después del alzamiento.
1048 muertos y 2074 heridos fue el trágico balance de una contienda que contó igualmente con más de 30.000 prisioneros y que fue contada por tres periodistas: Manuel Chaves Nogales y Josep Pla, que tuvieron la oportunidad de entrar en Asturias al restablecerse el orden republicano, y José Díaz Fernández que el año siguiente publicó el libro “Octubre Rojo en Asturias”.
Los mencionados sucesos tuvieron una serie de severas consecuencias tanto a nivel político como social. No en vano, esta rebelión fue uno de los más relevantes acontecimientos del movimiento obrero internacional y estuvo llamada a ser la primera revolución socialista de la historia de España:
- Durísima represión. A los fallecidos, hubo que añadir los miles de encarcelados (con acusaciones de torturas por parte del gobierno a los sublevados) y de expulsados de sus trabajos
- Radicalización de los extremos políticos. Lo anterior propició que los extremos políticos se volvieran radicales y que empeorase el ya de por sí desalentador panorama social español
- Eliminación de la obra legislativa del primer bienio. Los derechos ganados en el campo fueron derogados, imponiéndose la contrarreforma agraria. También fue suspendido el Estatuto Catalán y frenada la discusión del vasco
- Concentración de los altos mandos del gobierno en antirrepublicanos. Entre ellos destacan Franco y el General Mola
- Se tradujo en un rayo de esperanza para la clase obrera. En la medida que se consideró un “ensayo” de los sucedido en la Revolución Rusa de 1917, haciéndole creer que era posible lograr lo mismo que en Rusia
- Generó un mayor afán comunista de las clases obreras. A corto plazo, la derecha experimentó un deterioro mientras que compañeros y mujeres de muertos y presos asturianos se convirtieron en fuente de votos para la izquierda
La Revolución asturiana es una de las que ha marcado la historia de nuestra sociedad, aunque no ha sido la única. Por lo tanto, las siguientes también han sido importantes. La Revolución Americana, la Revuelta Francesa, de la que puedes tener más información, la sublevación mexicana, de la que puedes conocer todo haciendo click aquí, la Revolución Inglesa, conóncela en https://revolucion.online/inglesa/, la revuelta cubana, y la guerra de china, de ella puedes leer este artículo.
La revolución de Asturias contada en vídeo:
Fuentes y referencias:
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