Bruselas presentará este mes su propuesta de pasaporte de vacunación
La presidenta de la Comisión augura la inminente propuesta de un borrador legislativo del certificado sanitario
El llamado pasaporte sanitario europeo, del que hace una semana muchas capitales recelaban, se ha colado de golpe en la agenda de Bruselas. La Comisión Europea presentará este mismo mes una propuesta sobre un certificado de vacunación para los ciudadanos de la UE, según ha anunciado este lunes la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen.
“Este mes presentaremos una propuesta legislativa para un Pase Verde Digital”, ha anunciado Von der Leyen este lunes a través de un tuit. Su objetivo, según ha añadido, será proporcionar la “prueba de que una persona ha sido vacunada, resultados de las pruebas para aquellos que no han podido vacunarse aún e información sobre la recuperación de la covid-19″, respetando “la protección de datos y la privacidad”.
La medida será presentada el día 17 de marzo, según ha avanzado el vicepresidente de la Comisión Margaritis Schinas tras un encuentro de los ministros de Salud de la UE. “Presentaremos un paquete [legislativo]”, ha dicho Schinas, “centrado en los viajes y el levantamiento de restricciones. El objetivo es establecer una dirección común para una apertura segura de Europa”.
El certificado “estará basado en el estatus médico con el objetivo de facilitar los viajes por placer o trabajo”, ha explicado un portavoz de la Comisión durante una rueda de prensa este mediodía, aunque apenas ha podido proporcionar detalles adicionales sobre la propuesta. “Se está desarrollando ahora mismo”, ha dicho el portavoz, que sí ha asegurado que la Comisión trabajará sobre la base del libre movimiento en Europa (competencia de la UE), pero no podrá entrar en la regulación de su uso en los distintos países, que correspondería a los Estados miembro. “La intención es tenerlo listo en tres meses, si todo va como hemos planeado”.
La idea de crear un pasaporte sanitario sobrevuela Bruselas desde hace meses y comenzó a cobrar fuerza a principios de este año, sobre todo ante la insistencia de países que viven del turismo y por tanto de la reactivación de los viajes, como Grecia y España. El Consejo Europeo y la Comisión se habían abierto a estudiarlo, pero preferían hasta hace poco mantener un perfil bajo y retrasar su hipotética puesta en marcha.
La última cumbre europea virtual, celebrada la semana pasada, ha acelerado su implementación. En ella, los Veintisiete se comprometieron a ponerse manos a la obra en el diseño de un certificado digital que indique si la persona en cuestión ha sido vacunada, posee anticuerpos o si ha dado negativo en alguna prueba PCR realizada últimamente. Von der Leyen reclamó que los países debían “trabajar rápido” si querían ponerlo en marcha de cara a la campaña verano, como reclamaba de forma insistente España. La canciller alemana, Angela Merkel, también saludó la propuesta, que podría incentivar el regreso de la circulación de viajeros entre Europa y el resto del mundo.
No se trata de arrancar de cero. La Comisión lleva desde el año pasado trabajando en este documento. En la cumbre, su presidenta ya aseguró que existía un acuerdo con los gobiernos nacionales sobre la información que debía contener esta suerte de laissez passer en tiempos del coronavirus: una veintena de datos que van desde el nombre y apellido del titular al rastreo de la dosis inoculada, siguiendo las directrices debatidas en la red comunitaria que agrupa a las autoridades sanitarias (eHealth Network) y pactadas de manera preliminar para su posible aplicación.
La Comisión pretende que el certificado pueda ser verificado y reconocido “en cualquier parte de la UE” y busca que sea “una solución sencilla”, según ha dicho un portavoz del Ejecutivo comunitario. “Debe ser inclusivo”, con una “versión digital”, pero ofreciendo la posibilidad de recibirlo “en papel si alguien lo requiere”.
El pasaporte había despertado dudas en países como Francia y Alemania, que consideran que los derechos que puede otorgar un salvoconducto para los vacunados podrían generar problemas éticos y despertar fantasmas discriminatorios si se comienza a usar cuando solo una pequeña parte de la población ha sido inmunizada. España, que asistió al Consejo de la semana pasada con este punto bien alto entre sus prioridades, reconocía que la discriminación podría plantear problemas, pero a la vez reclamaba que Bruselas se pusiese manos a la obra, para no llegar a verano, cuando se espera que una gran parte de la población ya esté vacunada, sin tener una propuesta lista.
Se abre ahora un periodo de debate de enormes dificultades políticas, operativas, técnicas y legales, en el que se deberán fijar los usos a los que da derecho un pasaporte que podría despertar recelos en partes de la población que no estén vacunadas, como la gente joven (que quedan fuera de los grupos prioritarios en la campaña) o aquellos que, voluntariamente, decidan no hacerlo.
La vicepresidenta tercera de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha destacado este lunes la importancia del pasaporte vacunal para que España “recupere con seguridad el turismo” cuanto antes. “Tiene que llegar antes de verano, naturalmente; España es el país que tiene mayor interés”, ha dicho en una entrevista en TVE. Aunque ha reconocido que el proyecto tiene “elementos complejos”, como el hecho de que la vacunación sea voluntaria y asegurar la protección de los datos de los ciudadanos, ha explicado que se abordarán tanto las cuestiones legales como tecnológicas en un grupo de trabajo formado por distintos ministerios “para liderar y asegurar que cualquier estándar que se adopte responde a los intereses de España”.
“Los certificados son una herramienta útil y eficaz para retomar la movilidad de forma segura”, ha defendido por su parte este lunes la ministra española de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, durante una cita con sus homólogos europeos, según una nota difundida por el ministerio. Maroto ha llamado a “evitar medidas discriminatorias entre ciudadanos” y ha reclamado celeridad en el regreso de los movimientos fronterizos. “Es importante tener las herramientas preparadas para iniciar la movilidad y volver a situar a Europa como destino de viajes seguros”.
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