A mediados del siglo XIX llega a Mieres el ingeniero francés Augusto Bailly y Morel para construir la "fábrica siderúrgica de Mieres".
Se enamora de Rosalía Bernaldo de Quirós Benavides y Peón Vereterra, residente en la casa familiar del mayorazgo Pola de Lena.
Este matrimonio construirá la familia de la que yo soy su tataranieto por vía paterna.
En uno de sus viajes a Francia, le escribe como remite en una de las cartas: Rosalie, je t'aime.
Y en otra se sigue que le llevará un plantón de l'arbre de l'amour para que ambos lo planten en la parte de atrás de su casa, donde aún hoy está y que tiene debajo el banco de piedra donde se sentaban para o luto y sentir su declarado amor. Casa en torno a la cual construye un jardín de traza francés, hecho por Auguste y aún presente.
Transcurrían los últimos años del S XIX.
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