La mujer como propiedad

El humano, al dejar de caminar en busca de un mejor tiempo (clima a nivel local), se asienta en un lugar. Con esta actitud, asume que el lugar es de su propiedad y lo defiende de las fieras y de otros grupos humanos.
Al iniciar el cultivo de los vegetales surge la sobrenecesidad y, con ello, la propiedad de esta. Con este hecho sobrevenido nace la propiedad de los vegetales y, con ello la venta.
Inicialmente el trueque, o intercambio de propiedades. Luego la substitución de la propiedad por un objeto equivalente. Así nace el dinero; inicialmente objetos como conchas marinas. Luego objetos fabricados, las monedas, o dinero propiamente dicho.
Con el dinero, la muerte, al darle un valor a las personas y, sobre todo sus sentimientos (La Celestina).
El sedentarismo obliga a mano de trabajo
Con ello, la necesidad de tener hijos y, para ello, nace la propiedad de la mujer por parte del hombre y, con ello, violarla para tener hijos; el derecho de pernada y, con ello, hijos con los que el señor pagaba al conde en milicias y este se las prestaba al rey para satisfacer sus necesidades de tierras. Así es como nace el concepto de nación; no de los humanos sino de los reyes.