lunes, 4 de noviembre de 2019

El BCE prefiere que los bancos no cobren al cliente por los depósitos

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El BCE prefiere que los bancos no cobren al cliente por los depósitos



Sede del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort. DREAMSTIMEEXPANSION

El organismo quiere que sean las entidades las que asuman el impacto de los tipos negativos, aunque considera que es una decisión privada que los bancos pueden tomar en libertad.
El dinero se penaliza en este mundo de tipos de interés negativos. Al menos, las grandes cantidades aparcadas en depósitos. El Banco Central Europeo (BCE) cobra a la banca por el dinero que dejan parado en Fráncfort con la intención de forzar a que esa liquidez se invierta y se vuelva productiva. Ahora, tras años de tipos negativos y con un impacto estimado en más de 20.000 millones de euros, cada vez más entidades estudian cobrar a sus clientes por grandes depósitos, como hacen ya en muchos casos con los de las grandes empresas.
Pero el BCE no comparte esta medida de la banca para aliviar la tensión en sus cuentas. "Es preferible que los bancos asuman el coste para una correcta transmisión de la política monetaria y para evitar que se encarezcan las condiciones del crédito", señalan fuentes cercanas a la institución europea consultadas por EXPANSIÓN.
Si los bancos cobran a empresas y particulares por los depósitos, tendrán menos incentivos para conceder crédito barato y la transmisión de la política monetaria europea, fundamentalmente bancaria, podría verse deteriorada. Además, sostienen estas mismas fuentes, "se alimentaría la teoría de que el BCE chupa la sangre de los pequeños ahorradores europeos".
El mensaje ha calado especialmente en Alemania y encontró su máximo exponente en la portada de Bild del 13 de septiembre, en la que comparaba a Mario Draghi, que finalizó el jueves pasado su mandato como presidente del BCE, con el conde Drácula.
El propio Draghi reconoció hace apenas dos meses que "aunque hasta donde sabemos se cobra sólo a depósitos corporativos, es un porcentaje cada vez mayor y nos preocupa". Christine Lagarde, que reemplazó en su cargo a Draghi el viernes, no se ha manifestado todavía al respecto, pero se espera que no se desmarque de la posición oficial de la autoridad monetaria.

Libre decisión

Aunque el BCE se opone a la idea de que las entidades cobren por los depósitos, las fuentes consultadas aseguran que la decisión pertenece exclusivamente al sector. "Se trata de una decisión privada que los bancos pueden tomar en el marco de la libre competencia y no habrá intervención", sostienen.
Por su postura, queda descartado "al menos bajo las actuales circunstancias" que el BCE atienda a las peticiones de Jean-Pierre Mustier, consejero delegado de UniCredit, que solicitó que fuera la propia autoridad monetaria la que forzase a las entidades a cobrar por los depósitos. Mustier quería evitar el riesgo reputacional y el posible impacto a la captación de depósitos que asumiría el primer banco anunciara tipos de interés negativos para todos sus depósitos, algo que, de momento, parece lejano.
De momento, el BCE fía a la competencia entre entidades el evitar que aumente el cobro por depósitos, pero ya ha tomado medidas de política monetaria encaminadas a prevenirlo.

Escalonamiento

Esta es, de hecho, una de las razones esgrimidas por el BCE para justificar el nuevo régimen de tipos escalonado que entró en vigor el 30 de octubre. Ahora, el banco central sólo penaliza el exceso de liquidez depositado en Fráncfort cuando éste supera en más de seis veces las reservas mínimas que la institución obliga a aparcar por cuestiones de seguridad. "Una de las razones por las que hemos aprobado el régimen escalonado para los tipos ha sido para tratar de reducir y limitar la transferencia a los prestatarios de los costes que le suponían a los bancos", explicó Draghi.
Bajo este nuevo sistema, la cuantía que el BCE cobra al año al sector financiero europeo por dejar aparcado su dinero en Fráncfort se reduce en 3.000 millones, hasta los 6.000 millones. Aunque los bancos alemanes y los franceses -que manejan volúmenes de ahorro superiores- son los que más se benefician de la medida, para el sector bancario italiano y español, entre otros, el régimen escalonado supone que ahora la penalización por la liquidez que tienen depositada en la sede del BCE será casi simbólica.
Los expertos consideran suficiente esta compensación del BCE, lo que deja a una gran parte de los bancos sin justificación para empezar a cobrar por los depósitos a particulares, incluso aunque se trate de grandes volúmenes. Entienden, eso sí, que los bancos que están estudiando estas medidas podrían argumentar que el impacto de los tipos del BCE trasciende la penalización por los depósitos y que esto ofrece una oportunidad para ampliar sus ya maltrechos márgenes. Por ejemplo, el euribor, referencia para una gran mayoría de las hipotecas en España, cerró el mes de octubre en el -0,304% y sin visos de entrar en terreno positivo en los próximos años.
En estos primeros compases, el escalonamiento ha resultado mucho más efectivo que el traslado de la penalización a los depositarios. El coste para la banca se ha reducido (salvo que se recorten de nuevo los tipos) y el índice ester, referencia que ha sustituido al histórico eonia en el mercado interbancario, se ha mantenido estable.

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