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Álvaro Bourkaib es socio de Cuatrecasas, abogado experto en propiedad industrial e intelectual, y en tecnologías disruptivas. Demasiado joven para llevar un grupo de once abogados. Sencillo y cercano. Le divierte la tecnología. Le gusta aprender, pero ha sido profesor. Una rara avis de la abogacía.
Pregunta: ¿Cuáles son las tecnologías que más llegan a su despacho
Respuesta: Las TIC (tecnología de la información y de la comunicación), sobre todo la ciberseguridad, la biometría, la blockchain y la IoT. Ahora vengo de una reunión con la empresa Blocktac, proporciona medios basados en blockchain para acabar con las falsificaciones. Por ejemplo, identifican las botellas de aceite de oliva de productores para garantizar su autenticidad.
P: ¿Qué hace falta para que la tecnología Blockchain estalle y se popularice? Internet necesitó varias décadas.
R: Lo primero es asegurar la infraestructura de red. Habrá muchas redes blockchain, y deberán ser interoperables para que esta tecnología funcione a gran escala.
Lo segundo es que las distintas soluciones ID (identidad digital) del mercado funcionen en todas las redes, y se entiendan entre sí. No habrá una sola ID, es imposible un estándar universal, aunque acabarán convergiendo. Y una ID que funciona en una sola blockchain no crece porque no puede operar con otras. Alastria, por ejemplo, plantea estándares de identidad que puedan llegar a ser interoperables.
Blockchain estallará cuando las distintas ID viajen por unas redes interconectadas, que hablen entre sí. La red dará la seguridad de la ejecución del proceso porque esta tecnología va guardando las evidencias de cada proceso. La ID asegurará que te relacionas con quien dice ser para intercambiar bienes y servicios. Podremos interoperar con desconocidos de forma confiable y segura.
P: ¿Cómo será esa ID?
R: Habrá muchos tipos de ID, pero la ID soberana será la más disruptiva, en mi opinión. A través de ella, podremos controlar todos nuestros atributos: la información personal, de nuestra formación, médica, de nuestras propiedades, de los clubs a los que pertenecemos o de nuestra fidelización a comercios, entre otras cosas. Cada persona compartirá solo los atributos necesarios para cada situación. Supondrá un gran cambio sobre lo que tenemos ahora, los bancos o las redes sociales gestionan mi identidad. Con la ID soberana se devuelve la titularidad fáctica al usuario para que gestione todos sus atributos, el dueño de la ID decidirá la información que quiere mostrar. Es la gran diferencia con lo que hay ahora.
En el caso de una transacción entre dos carteras electrónicas, por ejemplo, se tendrá la seguridad de que el vendedor tiene el bien, y el comprador tiene el dinero. Solo hará falta saber que soy una persona con los atributos necesarios para realizar esa operación, no hará falta dar atributos innecesarios. La ID dará confiabilidad en el sistema y en cada persona.
P: ¿Cuándo llegaremos a ese punto?
R: Cuando se dé a los usuarios lo que necesiten. La ID deberá ser útil a las personas jurídicas para realizar transacciones, operativas bancarias, juntas de accionistas, etc. Deberá ser útil a las personas físicas para responder al consumo.
Los atributos incorporados a la ID estarán almacenados en algún dispositivo, como el móvil, en un sistema de gestor de identidades, como una aplicación de cartera. El día en que el usuario medio tenga la naturalidad de abrir su sistema gestor de identidades, y disparar compras o procesos, habremos llegado.
P: ¿Cree que el miedo al robo de la identidad puede frenar su implantación?
R: El riesgo a la suplantación de identidad existe ahora. Nos logeamos constantemente en sitios de Internet, pero no somos tan conscientes de que estamos dando nuestros datos. Será más difícil suplantar la ID soberana. Si pensamos en el ejemplo del móvil, para que suplanten mi ID deberán robarme el móvil, desbloquearlo, desbloquear el monedero o la aplicación que contenga la ID, y desbloquear la ID. Es un acceso que se puede sofisticar todo lo que quieras.
P: ¿Cómo se asegura el riesgo de olvidar las claves? Con ello se perderá la identidad.
R: Hay varias formas de solucionarlo, habrá que buscar el camino. Habrá soluciones en la nube para almacenar una copia de seguridad. Podremos elegir a varias personas de absoluta confianza que ayuden a devolvernos la ID. Una persona no se quedará sin ID, ese no debería ser el problema. Hay soluciones para ello.
P: ¿Qué es lo más importante de la ID soberana?
R: El cambio de paradigma en la gestión de los datos. Gestionaremos nuestros datos. Ahora comparto gran cantidad de datos. Con una ID soberana que, además, esté basada en blockchain, será más fácil compartir solo los datos necesarios y, además, podremos comprobar fácilmente a quién se los hemos dado (la transacción estará “registrada” en la red). Una vez cancelado el dato, el hash de la operación carecerá de valor porque no habrá nada que active ese hash.
La ID será fundamental, es la piedra angular de la usabilidad de blockchain a gran escala.
P: Usted es coordinador de la comisión Legal y miembro de la comisión de Identidad de Alastria ¿cómo abordan el desarrollo de la ID?
R: Se quiere realizar un estándar de ID soberana y gestionada sobre la base de varios criterios técnicos, jurídicos y de usabilidad. Lo primero es preguntar sobre cómo debe ser ese estándar, a todos los asociados para que la utilicen en sus empresas y en la relación con sus clientes.
También para interactuar fuera del ecosistema de Alastria. En ese caso, se deben entender con las demás. El estándar de Alastria busca poder alcanzar un elevado nivel de confianza jurídica. Si interactúo con otros estándares de identidad, habrá que definir el nivel de confiabilidad jurídica.
P: Usted trabajó como abogado experto en propiedad intelectual e industrial en San Francisco, ¿Qué encontró en Silicon Valley?
R: En la técnica jurídica aplicada a la innovación, van cinco años por delante de Europa. Testean antes que nadie los posibles problemas derivados del uso de las nuevas tecnologías, porque la penetración tecnológica es muy rápida. Con un volumen mayor hay mayor exposición jurídica, más expertos jurídicos, y más especializados.
Allí, casi soy un abogado generalista en tecnología. Aquí se me percibe como un abogado muy especializado. En Cuatrecasas somos 25 abogados expertos en propiedad intelectual e industrial, y en tecnologías disruptivas entre Madrid y Barcelona. Solo en la oficina de San Francisco de Morrison & Foerster (donde estuve) había cien. La especialización es mucho mayor.
P: ¿Cómo trabajan los abogados expertos en nuevas tecnologías?
R: Las tecnologías nuevas generan incertidumbres nuevas. Los abogados debemos anticiparnos en identificar las dudas jurídicas en nuevas tecnologías y testearlo. Siendo abogado, tengo el privilegio de que las empresas me cuenten sus ideas más innovadoras hasta sus últimas consecuencias. Emprender es divertido. En vez de tener un proyecto, tengo los de todos los clientes, son varias decenas de proyectos nuevos al año.
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