jueves, 8 de marzo de 2018

Reunión Trump - Kim Jong-un


Trump acepta reunirse con el líder de Corea del Norte

Un enviado de Corea del Sur le entrega la invitación al presidente estadounidense en la Casa Blanca



En su estrategia para frenar la carrera armamentística de Pyongyang, la Casa Blanca ha blandido su poderío militar y exhibido una asperísima retórica prebélica. A ello ha sumado una escalada sancionadora en la que el apoyo de China, que absorbe el 90% de las exportaciones de Corea del Norte, ha resultado determinante.
Efecto de este cerco combinado, que ha desgastado profundamente al régimen norcoreano, ha sido la búsqueda de una válvula de escape por parte de Kim Jong-un. No solo se ha lanzado a un diálogo directo con el presidente surcoreano, Moon Jae-in, que se celebrará en abril en la zona desmilitarizada, sino que ahora ha ofrecido y logrado una reunión cara a cara con su archienemigo estadounidense. Y al cesto ha añadido la perla más buscada: abandonar las pruebas nucleares y balísticas a cambio de la supervivencia del régimen. Justo lo que exigía Washington.
La posibilidad de que el diálogo fructifere es compleja, pero no imposible. China apoya plenamente el diálogo y el propio Trump se ha mostrado en otras ocasiones dispuesto a este cara a cara. En este sentido, más allá de los insultos y de las demostraciones de fuerza, Washington siempre ha mantenido abierta la puerta del diálogo.
En diciembre pasado, el secretario de Estado, Rex Tillerson, incluso abandonó la exigencia estadounidense de que Pyongyang renunciase al arsenal nuclear y únicamente pidió un “periodo de calma” para sentarse a negociar. “No es realista decir que sólo pueden hablar si vienen a la mesa listos para renunciar a su programa. Han invertido demasiado en él [...] Estamos dispuestos a hablar con Corea del Norte en el momento que quiera. Estamos dispuestos a una primera reunión sin condiciones previas. Veámonos y hablemos del tiempo si hace falta o de si la mesa debe ser redonda o cuadrada, y luego empecemos a trazar una hoja de ruta”, dijo Tillerson
Las palabras de Tilleron fueron avaladas por el mismo Trump, quien en una conversación con el presidente surcoreano se mostró abierto al diálogo con Pyongyang “en el tiempo apropiado y bajo las circunstancias correctas”. El actual enfriamiento de la tensión propiciado por los Juegos Olímpicos en Corea del Sur, así como la disposición de Kim Jong-un de congelar su programa armamentístico, han acabado abriendo la puerta. Sólo falta que ambos líderes la crucen.

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