El banco como intermediario entre el ladrón y el rey.

El Banco tiene su origen en ser el intermediario entre lo robado, o ladrón y lo legal, o rey. Hoy se dice que el Banco tiene como trabajo el "blanquear" lo robado.

Toma lo robado por el ladrón lo transforma en dinero legal, o del rey. lo robado blanqueado, se lo vende con un interés al ciudadano, legal o ladrón.

El rey, por legalizar, por blanquear lo robado, cobra un interés tasado, impuesto, no negociable.

Dado que el rey legaliza al banco lo robado, es este el que paga el impuesto.

El rey tiene un mediador con el banco, La Justicia del Rey, con el que acuerda que el impuesto recaiga sobre el ciudadano , a cambio de seguirle financiando sus batallas.

Recordemos que los Reyes Católicos expulsaron de sus tierras a los banqueros, judíos, habitantes de los burgos, o ciudades, cuando estos negaron financiar sus guerras familiares, que no sus aventuras exploratorias que hacían bajo contrato de usura. De usura cuando los reyes apreciaban que ellos arriesgaban y los prestamistas judío, con sus enormes redes familiares, no arriesgaban.

Alguien dijo a los reyes que los prestamistas actuaban como familia y ellos CONTRA LA FAMILIA.

QUIERO RECORDAR A QUIEN ME LEAN SI LUCHAN CON SU FAMILIA, O CONTRA SU FAMILIA. ¿Quién financia sus guerras familiares?

Mi abuelo, me dejó 2.357.500 pts en 1962, para mis estudios y para continuar la guerra contra la familia de la abuela, contra la cual había ganado su última batalla en 1922.

Con 13 años conocí a Joëlle y su familia en Oviedo. Son familia judía que sabían de mi situación con el abuelo. ellos administraron mi cuenta y la de mi padre desde su banca familiar.

Desde entonces participé del conocimiento del Sistema Bancario. Sistema del que  hago público en el trabajo "Biografía de una mujer consciente"  donde formalizo el concepto de beneficio marginal como su regulador.

No hay que confundir Gonzalo Díaz-Ordóñez de Bernaldo de Quirós, con el bastardo Gonzalo Bernaldo de Quirós. No hay que confundir entrañas con servicios, decía él y repetían sus hijos Gutierre, Lope y García.