http://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/2018/05/06/5ae734b322601d0c598b462e.html
- Es un cordón umbilical del que resulta difícil zafarse, un lazo irracional e indisoluble que marcará toda la vida. La maternidad resulta un rol complejo que cada una ejerce lo mejor que puede. Profundizamos en el vínculo que une a madres e hijas entrevistando a ocho mujeres muy diferentes.
El de madre-hija probablemente sea el vínculo más fuerte que una mujer pueda experimentar a lo largo de su vida. Sin duda, el más visceral de esos apegos feroces que la escritora Vivian Gornick exploraba en el libro homónimo sobre la relación con su madre, y en el que hablaba de esas dos mujeres atrapadas inextricablemente, como tantas otras, "en un estrecho canal de familiaridad, intenso y vinculante".
Se trata también del lazo más complejo. Como madre se lleva dentro la herencia de todas las anteriores, de todas las diferentes formas de ejercer este papel (¿cuántas veces nos hemos sorprendido al oírnos repetir las mismas palabras que nos decía la nuestra y que nos habíamos jurado no utilizar jamás, como si de alguna manera ese legado hubiera quedado grabado a fuego en el ADN y fuera imposible renunciar a él?). Y por otra parte, paradójicamente, en muchos casos no se logra entender, o valorar, qué significa ser madrehasta que no te conviertes en una (lo cual no quiere decir, naturalmente, que no se puede ser buena hija en cualquier caso).
Así las cosas, toda mujer llevará consigo a lo largo de su vida las consecuencias del nexo de unión con la persona que le dio la vida, una relación que irá evolucionando y mutando radicalmente hasta que se confunda quién cuida a quién.
Para explorar ese vínculo y las diferentes maneras de encarar la maternidad, hablamos con cuatro parejas de madres e hijas muy distintas. Eso sí, por separado con cada una de ellas para comprobar si existen discrepancias entre la visión de la madre sobre sí misma y la que de ella tiene su hija.

No hay comentarios:
Publicar un comentario