domingo, 13 de mayo de 2018

Niños vendidos, no robados.

Es habitual leer: niños robados.

Cuando se produce un "atentado terrorista" se refieren como "víctimas" a los allegados, genéticos y epigenéticos, hecho que, cuanto menos,  es digno de análisis.

Cuando yo tenía otra edad, tenía otra convivencia, se hablaba de finado y finados.

Técnicamente se sabe que el causante del atentado terrorista se localiza fuera del territorio donde habitan las víctimas del atentado.

Técnicamente se sabe que el causante del atentado contra la madre a la que se le arrebata la "vida"  (concebida, gestada, nacida, educada, madurada, envejecida,  muerta y memorizada), y esta sí que es víctima, se localiza  fuera del territorio donde habita la víctima del atentado.

En el primer círculo externo de la víctima terrorista se encuentra su satélite, o padre  que gestó al hijo de la víctima.
El resto de los círculos pueden ser fácilmente identificables y que, habitualmente se les denomina "malas compañías"


Ninguna pesquisa policial comienza sus investigaciones por los círculos más distales a la víctima.

El inspector Maigret y el perro amarillo que no se aleja de su amo muerto, me han educado desde los siete años.

¡Cuántas veces me pregunté acerca del motivo por el cual el tren "pitaba" cuando más inmerso en la lectura estaba, ptovocando una brusca extensión de mis piernas, brazos y cabeza. Decía: siempre por este orden. Hoy ya sé que es manifestación de la reacción de adaptación de Laborit y reacción orgánica a la agresión por mi amigo Augusto Pérez, nivolesco personaje cliente de una pensión de Hendaya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario