Catedrático
de Metafísica
y
de Lógica
fundamental de
la Universidad de Oviedo, carlista, «absolutista cerrado e
intransigente», «con opiniones y aspecto de inquisidor», nacido en
Oviedo el 28 de mayo de 1839. Doctor en Filosofía y Letras y
Licenciado en Derecho Civil y Canónico. Desde 1858 fue profesor en
la Universidad de Oviedo, a partir de 1863 como Auxiliar. En 1866 se
convirtió, por oposición, en catedrático del Instituto que en
Tapia acababa de fundar Fernando Casariego. Durante diez años fue
profesor deRetórica
y Poética en
el Instituto de Casariego en Tapia (del que fue secretario de 1871 a
1875 y en cuya Memoria
publicó
en 1873 la «Necrología del fundador Marqués de Casariego»).
Ingresó por concurso en el escalafón de catedráticos de
universidad, el 5 de junio de 1876, ocupando en Oviedo la cátedra de
Literatura
Clásica Latina. Pasó
a desempeñar después la cátedra de Metafísica,
que
se transformó luego en Lógica
fundamental, en
la Facultad de Filosofía y Letras, de la que fue Decano desde 1897.
(En 1902 –cuando Justo Álvarez Amandi era uno de los trece
catedráticos de
la sección de Filosofía de las diez universidades españolas–
contaba la Universidad de Oviedo con tres cátedras en la Facultad de
Filosofía y Letras –Lengua y Literatura españolas, Lógica
fundamental e Historia de España– que sólo mantenían el curso
preparatorio de la Facultad de Derecho.) Colaboró habitualmente en
la prensa y las revistas locales, tratando sobre todo asuntos
históricos y religiosos. Pronunció en la universidad el discurso de
apertura del curso 1878-79 («La elocuencia forense en Roma») y
publicó La
Catedral de Oviedo, perfiles histórico-arqueológicos (Oviedo
1882, 112 págs.; 2ª edición, Oviedo 1909, &c.). En 1908 formó
parte de la Junta Organizadora y Ejecutiva del III
Centenario de la Universidad de Oviedo (se
encargó de la subcomisión de «Solemnidades religiosas, premios y
limosnas» y formó parte del jurado del certamen de poesías). En
1869 matrimonió con Josefa Rodríguez Taborcias, de la que enviudó
en 1899. Falleció en Oviedo el 19 de febrero de 1919.Grupo Oviedo -
1876
«Ha sido nombrado catedrático de literatura latina de la
universidad de Madrid, D. Justo Alvarez Amandi.» (La
Correspondencia de España, Madrid 27 mayo 1876.)
En
el verano de 1878, al comprobar que en Horacio en España, de
Marcelino Menéndez Pelayo, «el bable o dialecto de Asturias no
figuraba», trató de «remedar el habla de los campesinos de los
concejos del centro de Asturias, aplicándola a veces a materias que
singularmente contrastan con el círculo de ideas en que naturalmente
viven encerradas las poblaciones rústicas», decidió seguir «el
mismo instinto de parodia» y «por alarde de ingenio y de facilidad
en el manejo de un dialecto tan dulce, tanmimosoy tan
pintoresco» se decidió a traducir el Beatus ille al bable.
Pero se le ocurrió consultar su proyecto con el también
recalcitrante tradicionalista y carlista Juan María Acebal Gutierrez
(1815-1895), quien se apresuró a publicar su propia versión en
bable delBeatus ille(en laRevista de Asturiasde agosto
de 1878). Justo Álvarez Amandi envió entonces su traducción a don
Marcelino, quien la acabó incorporando a su Bibliografía
hispano-latina clásica.Más de un siglo después, los
subvencionados cultivadores en académicos gabinetes del bable
artificial normalizado y sintetizado, en el que algunos escriben,
nadie habla y no entienden los paisanos que aún se sirven
esporádicamente de los bables, han convertido aquel divertimento
estival del lógico absolutista carlista ovetense en uno de los
pilares de unalliteratura identitaria nacionaliegapor la que
tanto se afanan. Y sin duda llegará el día en el que algún
majadero descerebrado y alucinado se atreva a comparar a Justo
Álvarez Amandi con Fray Luis de León por su versión delBeatus
ille.
1878
«Muy Sr. mío de toda mi estimación: Desde que vi en su libro sobre
Horacio que el bable o dialecto de Asturias no figuraba allí, por
falta de traductores, formé empeño en verter a esta habla
provincial la famosa oda segunda del libro V, con ánimo de
remitírsela a V, y dedicársela, sin pretensiones de ninguna clase.
Así tuve ocasión de decírselo a su señor Padre a su paso por esta
para Castropol. Hace ya bastantes semanas que mi traducción está
hecha. Mas yendo a consultarla con el distinguido cultivador del
bable D. Juan María Aceval, este señor se aprovechó de la idea, y
dio a luz en laRevista
de Asturiasuna
traducción, que desde luego por su elegancia y soltura califico de
muy superior a la mía. Si la mía tiene algún mérito, es desde
luego el único la fidelidad en la versión, hasta donde mis fuerzas
y la dificultad de estas obras alcanzaron. Pero como, repito, que mi
intención desde un principio fue dedicar a V. esa traducción, que
al efecto hice antes de pensar en ello el Sr. Aceval, me decido,
aunque tarde, a remitírsela a V., a la vez que le pido me dispense
la bondad de indicarme los defectos que en ella note, pudiendo
pedirme cuantas noticias y aclaraciones necesite (respecto al
significado de alguna voz), aunque esto último no es de suponer. Hay
un verso que dice: 'O con vares delgáes sostien la rede': no me
gusta nada; porque para leerlo bien hay que hacer un diptongo de
gáes, y resulta algo forzado. Quizá estaría mejor suprimiendo el
artículo la, y quedando 'O con vares delgaes sostien rede'. Pido a
V. mil perdones, por que con esta impertinencia le interrumpo a V.,
hallándose tan ocupado con sus preparativos de oposición. De mi
trabajillo escusado parece decirle que puede V. hacer el uso que más
le convenga; aunque me parece que no merece los honores de la
publicidad: tan poco es lo que vale. Soy catedrático de Literatura
Latina en esta Universidad. Como tal y como particular me ofrezco a
las órdenes de V., y también como paisano según las teorías sobre
'las dos Asturias' de mi querido amigo Gumersindo Laverde. Salude a
su señor Padre, y soy de V. afmo. s. s. q. b. s. m. Justo Álvarez
Amandi. S/c. San José, 6. pral.» (Justo
Álvarez Amandia
Marcelino Menéndez Pelayo, Oviedo, 12 agosto 1878,MPEP
3:145.)
«Recibí
tu grata con (...) la traducción bable delBeatus
ille.»
[la de Acebal] (Marcelino Menéndez Pelayo a Gumersindo Laverde,
Santander, 23 agosto 1878,MPEP
3:147.)
«D.
J.Álvarez
Amandi,catedrático
de Literatura Latina en la Universidad de Oviedo, me ha enviado una
traducción suyabablede
la odaBeatus
ille,no
tan fácil y suelta como la de Acebal, pero digna de aprecio.»
(Marcelino Menéndez Pelayo a Gumersindo Laverde, Santander, 2
septiembre 1878,MPEP
3:152.)
«No
conozco la traducción bable delBeatus
illeque
te ha remitidoÁlvarez
Amandi;a
su autor mucho. Escribíamos a un tiempo enEl
Faroasturiano.
El Sr. Arias de Miranda, que es un anciano jovial, decíame que D.
Justo le caía mucho en gracia por su aspecto y opiniones de
Inquisidor. Es, en efecto, o era entonces al menos, absolutista
cerrado e intransigente. Tiene talento y letras.» (Gumersindo
Laverde a Marcelino Menéndez Pelayo, Otero de Rey, 9 septiembre
1878,MPEP
3:156.)
«Muy
Sr. mío y de mi más cordial estimación: Acabo de leer en un diario
que el Consejo de I. P. aprobó la propuesta para la Cátedra de H.ª
C.ª de la Literat.ª Esp.ª, y tiempo es de que yo no demore por más
días mi enhorabuena. Doisela muy sincera por su brillantísima
campaña, cuyo resultado, por lo esperado, a nadie sorprendió: y me
halaga sobremanera por llamarle a V. compañero, como me honra de
veras la amistad que me ofrece en su muy atenta de 2 de Set. último:
amistad que acepto de corazón. Débole gratitud por la benevolencia
con que juzga mi traducioncilla de la oda «Beatus ille» al bable.
Nada trabajé posteriormente en asuntos de esa clase, por impedírmelo
ocupaciones y deberes del momento; entre otras la Inaugural del
presente curso, que estuvo aquí a mi cargo. Como este trabajo se ha
de publicar juntamente con la Memoria del Distrito Universitario, se
han repartido contados ejemplares, fuera de los que en el acto de la
apertura se distribuyeron. Recordando, sin embargo, que versa su
discurso sobre tema de Literatura Latina, y las aficiones de V. a
esos estudios, procuraré remitirle aquel a la mayor brevedad, y
desde luego me atrevo a suplicarle me diga su opinión sobre el fondo
y forma de sus páginas. No más por hoy; repito mi entusiasta
enhorabuena, y soy suyo afmo. amigo y compañero Q. S. M. B. Justo
Álvarez Amandi.» (Justo
Álvarez Amandia
Marcelino Menéndez Pelayo, Oviedo, 17 diciembre 1878,MPEP
3:207.)
«Traductores
asturianos de Horacio.El dialectobable,considerado por
muchos como un castellano arcaico y detenido en su período de
formación, y por otros (quizá con más fundamento) como un dialecto
de transición entre el grupo castellano y el grupo
galaico-portugués, no posee una verdadera literatura regional, pero
abunda en producciones ingeniosas, donde con singular artificio se ha
tratado de remedar el habla de los campesinos de los concejos del
centro de Asturias, aplicándola a veces a materias que singularmente
contrastan con el círculo de ideas en que naturalmente viven
encerradas las poblaciones rústicas. De este contraste sacó ya
singulares efectos cómicos el más antiguo de los poetasbablesde
nombre conocido, D. Antonio González Reguera (Antón de la
Marireguera), que a principios del siglo XVII componía en
armoniosas y fáciles octavas sus poemas dePíramo y Tisbe, Hero y
Leandro,yDido y Eneas,consistiendo la mayor parte del
primor de tales rasgos en la divertida metamorfosis que hace sufrir
el autor a las clásicas narraciones de Ovidio o del libro IV de
laEneidavirgiliana, suponiéndolos recitados por un viejo
asturiano junto al fuego. Siguiendo el mismo instinto de parodia, se
han hecho en nuestros días, por alarde de ingenio y de facilidad en
el manejo de un dialecto tan dulce, tanmimosoy tan pintoresco,
los dos siguientes ensayos de traducción delBeatus illehoraciano,
el primero por D. Juan María Acebal, y el segundo por D.Justo
Álvarez Amandi,catedrático de la Universidad de Oviedo. Esta
última es inédita, y su autor me la ha remitido en mayo de 1878. La
del Sr. Acebal se imprimió en laRevista de Asturias,año 2º,
número XXVIII, 5 de agosto de 1878. Vitae Rusticae Laudes. (...)
Traducción al bable o dialecto asturiano de la oda II, lib. V de
Horacio,Beatus ille, qui procul negotiis:
Dichosu
'l que, viviendo separtáu
De tóo lo que cansa la mollera,
Como
fizo la xente d' otros tiempos,
Cuida
non más que de cavar la tierra
Que i vieno de so pa, llibre d' usures,
Por sos güés ayudau 'n 'a faena.
Non lu fai altierase co 'l toquidu
Que llama a los soldáos la trompeta;
Nin el mar, cuando bufa tan furiosu
Y mete 'l resoplín 'n 'la pelleya:
Nin i gusta con pleitos y camorres
Andar pe los xuzgáos y 'l audencia;
Y a los palacios de los señorones,
Que 'stan tan altos, en xamas s' allega.
Pero dacuando al álamu más altu
Ata les rames llargues de la cepa,
O mira desde loñi que 'n el práo
Cuerren les váques por ente la hierba;
O con la foz cortando ramos ruinos
Otros meyores en seguida enxerta;
O la miel apertada del caxiellu
Coye 'n tarreños llimpios muy a presa;
O porque ve quiciavis que 'stá flaca,
Se pon a tosquilar dalguna oveya.
Y cuando pe los campos el otoño
Apaéz arrodiada la cabeza
De manzanes sabroses, ¡cómo entóncies
Coye gozosu la 'nxertáa pera
Y el recimu 'ncarnáu más que sangre,
Pa ofrecétulu a ti, dios de la güerta,
Príapo, como a ti tamien, Silvano,
Que de sebes y finsos lleves cuenta!
D' elles de veces d' un carbayu vieyu
El tirase a la sombra muncho presta,
O si non, recostase descansáu
Tamien da gusto so la grama 'spesa;
El agua de los rios mientres tanto
Despeñándose vien de l' alta sierra;
Los paxarinos canten en el monte,
Quexándose d' amores machu y fema;
Y fontes claras, al manar gorguten,
Y sele 'l sueñu así venir se dexa.–
Y dempués, cuando xúpitre lo manda
Que l' agua y ñeve del inviernu allega,
O saca los mastines, pa qu' escorran
Al xabalin hacia la trampa puesta,
O con vares delgáes sostien la rede
Pa que los tordos al engañu vengan,
O en trapa coye a gusto y con ganancia
Llebre tiemblona, o grulla forastera.
¿Quién del amor los cúidos y llaceries
Non olvida, si ve cosa tan güena?)
Y si al empar gobierna casa y fios
Una muyer homilde compañera
(Cuala ye la Sabina, o la casáa
Co 'l sofridu Pullés, qu' al sol pertuesta).
Al ver venir al home fatigáu,
La llume 'nciende con curada lleña,
Y, cierrando 'l ganáo 'n el corripu,
Desacúpai la ubre que 'stá 'enllena,
Y escancia vino dulce d' isti añu,
D' aquel barril guaidáu 'n 'a bodega,
Y, con pan y compangu tóo de casa,
En un istante preparoi la mesa?
Entoncies los mariscos del Llucrino
Un milagru será que yo apeteza,
Nin rodaballo, nin tampoco escaro,
Si quiciavis a aquesti mar allega
Porque dende les agües de Llevarte
El inviernu los únvia 'n 'a tormenta.
La gallina que crien en Marruecos
Nunca xamás se m' apetez comella;
Ni el ponderáu francolin de xonia
Probalu al mió gaznate más i presta
Que grandes aceitunes escoyides
Del árbore 'n 'a rama más espesa;
O, porque pe los práos la hay abonda,
D' algunu d' ellos la sabrosa agrieta;
O les malves, q' el cuerpu 'nfermu sanen;
O de los Terminales la cordera;
O 'l cabritu arrincáu de les uñes
Del llobu, que famientu lu coyera.
Habiendo eses viandes ¡cuánto, gusta
Ver cómo cuerren una y otra oveya,
Que dan vuelta pa casa, muy contentes
De fartucase bien con pacion tienra;
Ver los güés que, colgando del piscuezu
El llaviegu lu arrastren ya con flema;
Y, el llar rodiando llimpiu los esclavos,
Que son del amu la mayor riqueza!
Un aldeanu diba ser d' afecho
Alfio 'l usureron, que tal dixera.
Todu 'l dineru recoyó 'n 'os Idus,
Pa golver a prestallo 'n 'as Calendas.»
Que i vieno de so pa, llibre d' usures,
Por sos güés ayudau 'n 'a faena.
Non lu fai altierase co 'l toquidu
Que llama a los soldáos la trompeta;
Nin el mar, cuando bufa tan furiosu
Y mete 'l resoplín 'n 'la pelleya:
Nin i gusta con pleitos y camorres
Andar pe los xuzgáos y 'l audencia;
Y a los palacios de los señorones,
Que 'stan tan altos, en xamas s' allega.
Pero dacuando al álamu más altu
Ata les rames llargues de la cepa,
O mira desde loñi que 'n el práo
Cuerren les váques por ente la hierba;
O con la foz cortando ramos ruinos
Otros meyores en seguida enxerta;
O la miel apertada del caxiellu
Coye 'n tarreños llimpios muy a presa;
O porque ve quiciavis que 'stá flaca,
Se pon a tosquilar dalguna oveya.
Y cuando pe los campos el otoño
Apaéz arrodiada la cabeza
De manzanes sabroses, ¡cómo entóncies
Coye gozosu la 'nxertáa pera
Y el recimu 'ncarnáu más que sangre,
Pa ofrecétulu a ti, dios de la güerta,
Príapo, como a ti tamien, Silvano,
Que de sebes y finsos lleves cuenta!
D' elles de veces d' un carbayu vieyu
El tirase a la sombra muncho presta,
O si non, recostase descansáu
Tamien da gusto so la grama 'spesa;
El agua de los rios mientres tanto
Despeñándose vien de l' alta sierra;
Los paxarinos canten en el monte,
Quexándose d' amores machu y fema;
Y fontes claras, al manar gorguten,
Y sele 'l sueñu así venir se dexa.–
Y dempués, cuando xúpitre lo manda
Que l' agua y ñeve del inviernu allega,
O saca los mastines, pa qu' escorran
Al xabalin hacia la trampa puesta,
O con vares delgáes sostien la rede
Pa que los tordos al engañu vengan,
O en trapa coye a gusto y con ganancia
Llebre tiemblona, o grulla forastera.
¿Quién del amor los cúidos y llaceries
Non olvida, si ve cosa tan güena?)
Y si al empar gobierna casa y fios
Una muyer homilde compañera
(Cuala ye la Sabina, o la casáa
Co 'l sofridu Pullés, qu' al sol pertuesta).
Al ver venir al home fatigáu,
La llume 'nciende con curada lleña,
Y, cierrando 'l ganáo 'n el corripu,
Desacúpai la ubre que 'stá 'enllena,
Y escancia vino dulce d' isti añu,
D' aquel barril guaidáu 'n 'a bodega,
Y, con pan y compangu tóo de casa,
En un istante preparoi la mesa?
Entoncies los mariscos del Llucrino
Un milagru será que yo apeteza,
Nin rodaballo, nin tampoco escaro,
Si quiciavis a aquesti mar allega
Porque dende les agües de Llevarte
El inviernu los únvia 'n 'a tormenta.
La gallina que crien en Marruecos
Nunca xamás se m' apetez comella;
Ni el ponderáu francolin de xonia
Probalu al mió gaznate más i presta
Que grandes aceitunes escoyides
Del árbore 'n 'a rama más espesa;
O, porque pe los práos la hay abonda,
D' algunu d' ellos la sabrosa agrieta;
O les malves, q' el cuerpu 'nfermu sanen;
O de los Terminales la cordera;
O 'l cabritu arrincáu de les uñes
Del llobu, que famientu lu coyera.
Habiendo eses viandes ¡cuánto, gusta
Ver cómo cuerren una y otra oveya,
Que dan vuelta pa casa, muy contentes
De fartucase bien con pacion tienra;
Ver los güés que, colgando del piscuezu
El llaviegu lu arrastren ya con flema;
Y, el llar rodiando llimpiu los esclavos,
Que son del amu la mayor riqueza!
Un aldeanu diba ser d' afecho
Alfio 'l usureron, que tal dixera.
Todu 'l dineru recoyó 'n 'os Idus,
Pa golver a prestallo 'n 'as Calendas.»
(Marcelino
Menéndez Pelayo,Bibliografía
hispano-latina clásica,VI,
Horacio III, Edición nacional, págs. 235-239.)
1881
«Una
reforma necesaria en Instrucción Pública.El
13 del actual Enero, el claustro reunido de la Universidad e
Instituto de Oviedo obsequiaba con un refresco al Dr. D. Alfredo A.
Camús, que se hallaba en la capital de Asturias, de vuelta de Gijon,
a donde le llevaron asuntos del servicio. Puestos ya a la mesa, rodó
la conversación sobre materias de enseñanza, y el señor Camús
dolíase amargamente de que, después de 1868, la de la lengua latina
estuviera limitada en nuestros establecimientos de instrucción a dos
cursos de sola una lección diaria; mientras que en Francia, v. gr.,
se invertían ocho años en igual estudio. Llegado el instante de los
brindis, nuestro colaborador D.Justo
Alvarez Amandi,
catedrático de Literatura latina, y que enseñando igual asignatura
que el señor Camús, siente como éste, y más ellos que otros
profesores de letras, el gran vacío que en la preparación
intelectual de los jóvenes hace notar la ignorancia casi absoluta de
lengua latina, con que pasan a facultad; el Sr. Alvarez Amandi;
repetimos, leyó ante aquel selecto concurso, por vía de
felicitación a su ilustre compañero, una carta, que precisamente
tenía por objeto lamentarse de lo mismo que el dicho profesor de la
Central con pena tanta lamentaba. La carta estaba escrita en latín:
su fondo y su forma agradaron sobremanera al Sr. Camús; y nosotros,
por haber sido leida en el seno de la Universidad asturiana, y por
otras razones que fácilmente se adivinarán, damos con gusto a luz
su traducción al castellano. Dice así:
“Justo Alvarez Amandi al muy ilustre y sabio varónAlfredo Adolfo Camús,su compañero en la enseñanza de la juventud, saluda coadialmente.
“Justo Alvarez Amandi al muy ilustre y sabio varónAlfredo Adolfo Camús,su compañero en la enseñanza de la juventud, saluda coadialmente.
A ti, que has llegado a la región de los Astures y te hallas aquí con nosotros a la mesa, yo, el menor de los maestros de esta alma Escuela ovetense, quiero saludarte, y vivamente deseo hablar contigo algunas palabras. Ante todo, deseóte felicidades en este día, y ruego a Minerva que te conserve sano y salvo en su reino y dominios por largos años. Después ¿qué he de decirte?… Hablaré de aquella nuestra lengua latina, a la cual nosotros amamos más que a nuestros ojos, y que áay! actualmente en las aulas públicas de España pasa su existencia como una viuda a todas horas angustiada por la tristeza. Así lo dispusieron los hados. Tú bien sabes que nuestros alumnos hasta los rudimentos de la lengua latina ignoran casi por completo. ¿Y es posible que a esta generación le enseñemos nosotros la ciencia de las letras? Jamas. Lo que en erial se siembra no puede producir, ni ciento, ni uno. Ea, pues, doctor sapientísimo. Tú, consejero y defensor de la Instrucción pública; tú, custodio y amante de la pureza del habla latina, y mantenedor de ella entre nosotros, alza ante las autoridades de este reino la voz de la sabiduría y de la experiencia: clama sin cesar, para que la lengua latina logre en las leyes el apoyo de que hoy casi totalmente carece. En el pueblo de los Galos (vulgo Francia), la juventud consagra al estudio de la latinidad ocho años, durante los cuales aprenden los preceptos de toda la gramática, sin omitir las reglas más insignificantes, y trabajan sin cesar en traducciones a la vulgar lengua. ¿Por qué, siendo como somos imitadores de esa Nación en tantas cosas, en ésta, tan excelente, no hemos de caminar tras sus huellas? Trabaja, carísimo compañero, si tus consejos, como pienso, son escuchados, hasta conseguir que la instrucción latina se levante de la postración suma en que yace, y luzcan con luz nueva en nuestra Hesperia aquellos estudios que, según atestigua Marco Tulio, “alimentan a la juventud, recrean a la vejez, son adorno de los sucesos prósperos, sirven de refugio y solaz en las adversidades, nos deleitan en casa, no son estorbo fuera, pernoctan con nosotros, y con nosotros viajan y van de campo.” No suceda, quizás, que las naciones se alcen contra nosotros, y lo calamitoso de nuestros tiempos las haga atreverse a menospreciar o a silbar España, que en algún día dio al mundo par que los admirase los nombres de Elio, Antonio Nebrija, Luis Vives, Francisco Sánchez de las Brozas, Hernando Nuñez, el Pinciano, y otros que llegaron a ser ornamento inmortal de su patria. Estos deseos y súplicas hago llegar a ti en la ciudad de Oviedo, donde afortunadamente hay aún quien cultive con amor la lengua de Catón y de Ennio. Aquí, en nuestra UniversidadJosé Campillo, Manuel Rodríguez Losada, Ulpiano Gómez Calderón, y otros, son profesores distinguidísimos en las letras latinas. Fuera de este respetabilísimo centro de enseñanza, no faltan quienes, como los canónigos lectoral, magistral y penitenciario de la santa catedral basílica, como así bien el párroco de San Tirso, y muchos más, están llenos de ciencia gramatical, y entienden los más selectos autores del Lacio y pueden traducirlos al español y exponerlos magistralmente. Tú, muy querido mio, no eches en olvido mis deseos. Porque, una vez realizados, nuestros jóvenes, nutridos con el alimento de la enseñanza gramatical, podrán con oportunidad y fruto saborear las gracias de Platón, la dulzura de Virgilio, y la láctea abundancia de Tito Livio.Hágalo Dios,y a ti dígnese preservarte incólume de toda aflicción de cuerpo y de espíritu.ââ¬âVale.En Oviedo a 13 de Enero de 1881. J. A. A.”» (La ilustración gallega y asturiana,28 enero 1881, tomo III, nº 3, pág. 8.)
El
25 de abril de 1885 el Obispo de Oviedo, el fraile dominico Ramón
Martínez Vigil, decide colaborar en la promoción deLa
Regenta–acababa de aparecer su segundo tomo– y en Pastoral
dirigida al clero y fieles de su diócesis ofrece, como ejemplo de
los estragos de la impía libertad, esta denuncia:
«No
hace muchos días que recibieron todos los alumnos de una cátedra de
Derecho, como galardón y como estímulo, un libro saturado de
erotismo, de escarnio a las prácticas cristianas y de alusiones
injuriosas a respetabilísimas personas, sin que las autoridades
académicas, ni los compañeros de profesorado –tan puntillosos en
otras cosas– tuvieran una palabra de protesta contra ese salteador
de honras ajenas.»
Son
bien conocidos los entretenidos detalles de la tormenta de papel que
entonces se produjo; nos limitamos a transcribir el comunicado que
hicieron público algunos de los colegas claustrales de Leopoldo
Alas, el catedrático de Derecho Romano, más conocido en la prensa
comoClarín:
«Comunicado.Señor
director deEl Carbayón.Muy señor nuestro: Debidamente
autorizados, acudimos a la amabilidad de Vd. para que inserte en su
periódico la siguiente manifestación que hemos elevado al ilustre
señor Obispo de esta diócesis. Dando a Vd. las gracias, se repiten
sus afectísimos amigos y seguros servidores.- Guillermo Estrada y
Villaverde.- Matías Barrio Mier.- Victor Díaz Ordoñez y Escandón.-
Justo Alvarez Amandi.
“Ilmo. y reverendísimo señor: Con verdadera sorpresa hemos visto consignado en un documento pastoral de V. S. I., que no hace muchos días recibieron todos los alumnos de una cátedra de derecho, como galardón y estímulo, un libro, que V. S. I., en uso de su sagrado ministerio, hace objeto de graves censuras. Como esa alusión parece referirse a esta Universidad, aseguramos ante V. S. I., por nuestra palabra de hombres honrados y nuestra fe de cristianos, que no teníamos la menor noticia de ese hecho; ni era posible que la tuviésemos, pues de cuantas averiguaciones hicimos para conocerle en sus detalles, no resulta confirmado en manera alguna, hasta el punto de que hoy creemos en conciencia que a V. S. I. llegaron informes o aseveraciones completamente infundadas. Dígnese V. S. I. admitir esta rectificación, y por nuestra parte confiamos en que sea suficiente para justificarnos ante V. S. I. respecto a sus apreciaciones, que nosotros acatamos profundamente. Basta que venga de la autoridad eclesiástica, la única con quien jamás nos permitiríamos cuestionar sobre la oportunidad y el alcance que tendría nuestra protesta oficial u oficiosa, de ser cierto el hecho mencionado. Esperamos asimismo de V. S. I. encuentre muy natural el que acudamos a la prensa, para que llegue al público esta explicación, en defensa de nuestro buen nombre como catedráticos íntegramente católicos, puesto que estimando este título sobre todos, haremos punto de honra el de obrar siempre en su consecuencia. Besan el anillo de V. S. I. sus humildes hijos y afectísimos S. S., Guillermo Estrada y Villaverde.- Matías Barrio Mier.- Víctor Díaz Ordoñez y Escandón.- Justo Alvarez Amandi. Oviedo 11 de Mayo de 1885.”»
“Ilmo. y reverendísimo señor: Con verdadera sorpresa hemos visto consignado en un documento pastoral de V. S. I., que no hace muchos días recibieron todos los alumnos de una cátedra de derecho, como galardón y estímulo, un libro, que V. S. I., en uso de su sagrado ministerio, hace objeto de graves censuras. Como esa alusión parece referirse a esta Universidad, aseguramos ante V. S. I., por nuestra palabra de hombres honrados y nuestra fe de cristianos, que no teníamos la menor noticia de ese hecho; ni era posible que la tuviésemos, pues de cuantas averiguaciones hicimos para conocerle en sus detalles, no resulta confirmado en manera alguna, hasta el punto de que hoy creemos en conciencia que a V. S. I. llegaron informes o aseveraciones completamente infundadas. Dígnese V. S. I. admitir esta rectificación, y por nuestra parte confiamos en que sea suficiente para justificarnos ante V. S. I. respecto a sus apreciaciones, que nosotros acatamos profundamente. Basta que venga de la autoridad eclesiástica, la única con quien jamás nos permitiríamos cuestionar sobre la oportunidad y el alcance que tendría nuestra protesta oficial u oficiosa, de ser cierto el hecho mencionado. Esperamos asimismo de V. S. I. encuentre muy natural el que acudamos a la prensa, para que llegue al público esta explicación, en defensa de nuestro buen nombre como catedráticos íntegramente católicos, puesto que estimando este título sobre todos, haremos punto de honra el de obrar siempre en su consecuencia. Besan el anillo de V. S. I. sus humildes hijos y afectísimos S. S., Guillermo Estrada y Villaverde.- Matías Barrio Mier.- Víctor Díaz Ordoñez y Escandón.- Justo Alvarez Amandi. Oviedo 11 de Mayo de 1885.”»
1887
«Por Real orden de 12 del corriente, han sido nombrados los señores
D. Miguel Gago y Lorenzo y D. Justo Alvarez Amandi, Catedráticos
numerarios de Metafísica de las Universidades de Valladolid y
Santiago respectivamente. […]Méritos y servicios de D.Justo
Alvarez Amandi: Doctor en Filosofía y Letras. Catedrático
numerario de Literatura griega y latina desde 23 de Marzo de 1873
hasta el 30 de Septiembre de 1883. En 1º de Octubre de 1883
trasladado a la cátedra de ampliación de la la Psicología y
Nociones de Ontología y Cosmología, y en 30 de Septiembre de 1884
nombrado y confirmado en la de Metafísica, que actualmente desempeña
en Oviedo. (Gacetadel 19 de Mayo.)» (El magisterio
español,30 mayo 1887, año XXI, nº 1330.)
«Habiendo
desistido D.Justo Alvarez Amandide su traslado a la cátedra
de Metafísica de la Universidad de Santiago, por Real orden de 13
del corriente se ha resuelto que el expresado Profesor continúe
siendo numerario de la citada asignatura de la Universidad do Oviedo,
y que la de Santiago; que por dicha renuncia queda sin proveer en el
periodo de traslación, se anuncie a concurso. (Gacetadel 31
de Julio.)» (El magisterio español,5 agosto 1887, año XXI,
nº 1343.)
1893
«En el Claustro (el verdadero) los más entusiastas de Vd. son los
krausistas republicanos, y los únicos refractarios los neos
rabiosos. Estrada, destacadísimo carlista, creo que le vota a Vd. Si
Vd. trata a Barrio y Mier convendría que le pidiera (caso de que
luchemos) que le recomendara a Estrada,Álvarez
Amandiy
Rúa.» (Leopoldo Alas a Marcelino Menéndez Pelayo, Oviedo, 8
febrero 1893,MPEP
12:215.)
«Alvarez
Amandi,el
otro carlista, ya se ha comprometido hoy a votarle a Vd. A Vallina se
le ha ocurrido una cosa que acaso produzca buen efecto, para que
Pidal pueda huir los compromisos de sus amigos que son parientes de
Covadonga; podría Vd. pedir al mismo Cánovas que le recomendase a
Vd. a Pidal oficialmente, y Pidal, con esta recomendación, haría
callar a todos los parientes del barón y trabajar por Vd.
abiertamente, y sin estorbos.» (Leopoldo Alas a Marcelino Menéndez
Pelayo, Oviedo, 18 febrero 1893,MPEP
12:221.)
«Muy
querido amigo: No extrañe Vd. que le escriba a menudo mientras esté
pendiente la elección. La cosa va muy bien, pero hay que insistir
por si acaso y para tener el mayor número posible de votos. Se ha
firmado por seis doctores de diversas procedencias políticas una
circular muy bien escrita, por Buylla, decano, a todos los señores
que votan. La firman Buylla, decano (republicano);Amandi(profesor
filosofía y letras) carlista; Romea (director escuela Bellas Artes,
ministerial siempre); Alas (yo); Losada, conservador catedrático
Latín; Canella, indefinido, profesor derecho Civil... y un Sr. Sarri
acaso.» (Leopoldo Alas a Marcelino Menéndez Pelayo, Oviedo, 23
febrero 1893,MPEP
12:224.)
1898
«Carísimo y distinguido amigo: Recibí la suya, y bien hizo V. en
contar de ante mano con mi voto; mas veo que conviene no descuidarse.
Ya sabe que hay candidatura frente la de V.; candidatura que se
quiere hacer pasar por ministerial sin duda para conseguir algo con
esta fase de la elección. Ello es que la gente avanzada tiene
esperanzas, y desgraciadamente el núcleo de racionalistas y
positivistas es hoy numeroso en este Claustro. Así se lo dije uno de
estos días a un caracterizado conservador, amigo particular mío.
Por si a V. le conviene, debo indicarle que el Sr. D. Antonio Fól y
Cormio [?] Director del Instituto de Casariego de Tapia es muy amigo
de su papá, y este en caso de necesidad pudiera escribirle.
Consérvese bueno, y me repito su más atento amigo y afectísimo
compañero Q. S. M. B.» (Justo
Álvarez Amandia
Marcelino Menéndez Pelayo, Oviedo, 29 marzo 1898,MPEP
14:527.)
[En
las elecciones a Senador por la Universidad de Oviedo, celebradas el
10 de abril de 1898, resultó elegido senador Marcelino Menéndez
Pelayo con 27 votos, obteniendo 22 votos el institucionista Juan Uña
Gómez, apoyado por ese «núcleo de racionalistas y positivistas»
mencionado por Justo Álvarez Amandi. (El acta electoral puede verse
por internet en el Archivo del Senado, expediente de MMP.)]
1899
«El expediente se halla a informe del Consejo de Instrucción
pública. También se encuentra en dicho alto Cuerpo consultivo el de
la cátedra de Lengua y Literatura latina de la Universidad Central,
a cuyo concurso se han presentado los aspirantes siguientes: D.
Martín Villar García, D. Antonio González Garbín, D.Justo
Alvarez Amandiy D. Manuel Soriano y Sánchez.» (Gaceta de
Instrucción Pública,Madrid 15 julio 1899, pág. 202.)
1900
«Balneario de Borines.Entre otras muchas personas, hállanse
en dicho establecimiento las siguientes: D. Fernando Bauer y señora,
D. Eduardo Saavedra y señora, D. Luis Ubeda, padre Escolapio; doña
Antonia Fernández Castrillón e hija, doña Josefa Méndez, D.
Arturo Herrero, D. Francisco Fernández y señora, D. Antonio
González y Fernández, el doctor D. Julián Alvarez Miranda, D.Justo
Alvarez Amandi, D. José González Valdés, el padre D. Esteban
Fernández, doña Rosalía Campos, doña Brígida González, D.
Modesto Montoto, doña Carmen Rodríguez, D. Fernando Díaz Miranda y
hermana doña Leonor, D. Alberto Lamerán; D. Dimas Comonta, doña
Carlota Noriega, D. José González Pola, D. Miguel Monreal, doña
Dolores Rubio, doña Nicolasa del Valle y las señoritas Luisa y
María Sánchez, don Manuel González y D. Manuel José Fernandez.»
(La Correspondencia de España,Madrid, 7 agosto 1900.)
1903
«Tribunal de oposiciones a la Cátedra de Historia de la Filosofía,
vacante en la Sección de estudios históricos de la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad Central: Presidente,
D.Francisco
Fernández y González;
vocales, D.Nicolás
Salmerón y Alonso,
D.Antonio
Hernández Fajarnés,
D. Federico de Castro y Fernández, D.José
Daurella y Rull,
D. Gumersindo de Azcárate y D. Juan Manuel Ortí-Lara. Suplentes: D.
Pedro María López, D.Manuel
Sáinz Benito,
D.Justo
Alvarez Amandi,
D.Manuel
Sales y Ferré,
D.Miguel
Morayta y Sagrarioy
D.Marcelino
Menéndez y Pelayo.»
(Gaceta
de Instrucción Pública,Madrid,
30 marzo 1903, págs. 539-540.)
1918
«Universidades.Se
nombra el siguiente Tribunal para juzgar las oposiciones a la cátedra
de Estética, vacante en la Universidad Central: presidente, D. José
Joaquín Herrero; vocales: D. Cosme Paspal, D.Adolfo
Bonilla,
D. Justo Alvarez Amandi y D.Pedro
Font Puig.»
(La
Correspondencia de España,Madrid,
1 mayo 1918.)
1936«Alvarez
Amandi, Justo.Uno de los escritores de más respetable memoria
entre los que brillaron en la segunda mitad del siglo XIX. De varia y
sólida cultura, especialmente en materias de historia, arqueología
y arte, su pluma galana ilustraba siempre los temas que desenvolvía,
dentro del marco de sus arraigadas convicciones religiosas. Su
condiscípulo, amigo y compañero en el periodismo, don Ramón Pérez
Santa Marina, nos dice de él: «Como ferviente católico, escribió
siempre aprovechando la oportunidad para difundir las buenas
doctrinas cristianas; y en su vida, así pública como privada, fue
espejo y ejemplo de ciudadanos.»
Nació Justo Alvarez Amandi en Oviedo, el 28 de mayo de 1839, hijo de don Nicasio Álvarez Corzo, oficial primero en la Secretaría de la Universidad, y doña Josefa Amandi de la Huelga. De esa Universidad fue Alvarez Amandi uno de los discípulos más aventajados de su tiempo. Comenzó a estudiar en ella el bachillerato (1849), y, aprobado los dos primeros cursos, se trasladó al Seminario para incorporarse nuevamente en 1854 a la Universidad, donde fue graduado de bachiller en Artes al año siguiente, el 5 de noviembre, Siguió luego la carrera de Leyes, siempre con aplicación y calificaciones elevadas, hasta graduarse de licenciado en Derecho civil y canónico, con nota de sobresaliente, el 23 de junio de 1861. Años más tarde, ya profesor en Tapia, obtuvo el grado de doctor el 26 de junio de 1872.
Al mismo tiempo cursó las asignaturas de la Facultad de Filosofía y Letras hasta doctorarse. En esta Facultad y todavía estudiante, comenzó a ejercer de profesor en noviembre de 1858, por designación del rector de la Universidad, de las cátedras deLiteratura LatinayLiteratura Castellana,por una breve temporada, hasta que fueron cubiertas con sus respectivos profesores titulares. También explicó interinamente, en marzo de 1859, la cátedra deLengua Griega,y desde octubre de ese año y por espacio de un curso, las deHistoria UniversalyGeografía.Desempeñó luego en esa misma Facultad desde 1861 el cargo de vicesecretario, y de secretario desde el 63. En diciembre de este mismo año fue nombrado profesor auxiliar de la susodicha Facultad.
Desde los tiempos estudiantiles, también, datan sus ejercicios de escritor, vocación que, como la de pedagogo, le acompañó ya toda la vida. Sus primeras producciones literarias aparecieron en el periódico de juventudRevista de Asturias,primera época (1858-59), y desde entonces ya no dejó de escribir para el público en la prensa ovetense afín a su ideología conservadora. En los primeros años de escritor predominaba en él mayor inclinación por los estudios jurídicos que los históricos, que luego fueron evolucionando hasta un cambio bastante radical. También en esos primeros años produjo algunas composiciones poéticas en castellano y en bable, y traducciones del latín a las dos hablas. Merece especial mención la oda de HoracioBeatus illeal bable, recogida por Menéndez y Pelayo en el apéndice del tomo I de su obraHoracio en España.
Al abrirse a la enseñanza en Tapia el Instituto fundado por don Fernando Casariego, Alvarez Amandi obtuvo por oposición (1866) la cátedra deRetórica y Poética,que explicó por espacio de unos diez años. Además de profesor, fue secretario de ese centro docente desde 1871 a 1875, y como tal, redactor de las cuatroMemoriasque se anotan más abajo. También en Tapia cambió su estado civil, al contraer nupcias en el año 1869 con la señorita Josefa Rodríguez Taborcias, de la que quedó viudo treinta años después, en 1899.
El 5 de junio de 1876 se le designó, mediante concurso, catedrático deLiteratura Latinade la Universidad ovetense, en la que se desarrollaron hasta su fallecimiento sus actividades docentes. Fue luego, durante varios años, catedrático deMetafísica,y por último, deLógica Fundamental.En 1897 resultó electo decano de la Facultad de Filosofía y Letras.
A esta última época de su vida corresponde la mayor y mejor parte de su producción de escritor, casi toda olvidada en las páginas de diarios y revistas, ya que lo publicado por él en volúmenes es porción insignificante al lado de lo escrito con pluma de periodista. Como tal, trató y desarrolló temas y asuntos merecedores de que no quedaran condenados a la vida efímera de los periódicos.
Ejercer funciones de periodista era una necesidad de su espíritu, cada día, como la de preparar las lecciones de la cátedra. Sus temas favoritos eran los relacionados con asuntos históricos y artísticos, particularmente, si envolvían a la vez esclarecimiento de cuestiones religiosas (números X y XII) y aun las de fundamento netamente religioso (números XI y 5). Colaboró en numerosas publicaciones, algunas impresas en Madrid, como laIlustración Gallega y Asturiana(1879-82) y la revistaAsturias,órgano del Centro Asturiano, y con mayor asiduidad en las ovetenses. De éstas figura principalísimamente en primer términoEl Carbayón,donde escribió diariamente por espacio de muchos años.
«En cuanto a periodista –nos dice el citado Ramón P. Santa Marina–, lo fue con verdadera autoridad y a diario hasta que sus años y la casi ceguera que le afligía le impidieron llegar cuotidianamente aEl Carbayón,en cuyo periódico y sin firma o firmando con algún seudónimo, escribió de ciencias, literatura, bellas artes, sucesos..., de todo, en fin, y con notorio acierto, porque su vasta y sólida cultura general permitíale tratar los más diversos temas con perfecto conocimiento de causa. Esta su gran afición al periodismo satisfacíala en el citado diario a su sabor y gusto con verdadera maestría, lenguaje literario, claridad de conceptos y amenidad atractiva, de tal modo que todo lo suyo era leído con atención y provecho por el público.»
Muchos de sus trabajos periodísticos han aparecido sin firma y no menos firmados con diversos seudónimos, tal vez algunos de ellos de difícil o imposible identificación. Los que nosotros podemos anotar como suyos son los siguientes:Syla, Germán Alvarez, Damián Alvarez(formado el nombreDamiáncomo anagrama del apellido Amandi),J. de UrgelyJuan Valmaseda y Ortiz(anagrama de su nombre y apellidos).
Como
galardones literarios que haya obtenido sólo hemos podido llegar al
conocimiento de un premio en el Certamen nacional celebrado en El
Escorial (1887) para conmemorar el XV centenario de San Agustín.
Fallecido en Oviedo el 19 de febrero de 1919, poco después de jubilado como catedrático.
Obras publicadas en volumen:
I
al
IV.Memorias del Instituto de Tapia.(Oviedo 1872 a 1875; cuatro
folletos.)
V.El martirio de Santa Eulalia de Mérida.(Oviedo 1877; traducción en verso castellano de la obra latina de Aurelio Prudencio Clemente.)
VI.La elocuencia forense en Roma.(Oviedo 1878; discurso de apertura del curso universitario 1878-79.)
VII.Lecciones de Literatura Latina.(Oviedo 1879.)
VIII.Apuntes histórico-literarios sobre la antigua Grecia.(Madrid 1880; folleto.)
IX.El doctor don José Puente Villanúa.(Madrid 1881; biografía.)
X.La Catedral de Oviedo: Perfiles histórico-arqueológicos.(Oviedo 1882; trabajo reeditado en 1929; estudio publicado
también
el año 82 enEl Carbayón,de Oviedo, con la firma deJ. de
Urgel.)
XI.Días festivos de la Iglesia católica: Breve explicación de los misterios que en ellos se celebran y motivos de su
mayor
solemnidad.(Oviedo 1891.)
XII.Monumentos religiosos de Oviedo.(Oviedo, s. a.; monografía publicada también en el tomo 1 de la
obraAsturias,Gijón
1894, dirigida por Octavio Bellmunt y Fermín Canella y Secades.)
XIII.Programa de Lógica fundamental.(Oviedo 1910.)
Trabajos sin formar volumen:
1.Necrología del fundador(del Instituto de Tapia),marqués de Casariego.(Incluida en laMemoriade dicho Instituto
,
correspondiente al curso de 1873-74, Oviedo 1874.)
2.Beatus ille.(Traducción en bable de esta oda de Horacio, incluida en el apéndice del tomo 1, de la obraHoracio en
España,de
Menéndez y Pelayo, Madrid 1877.)
3.El siglo de Calderón.(EnRevista deAsturias, Oviedo, 25 de mayo de 1881; número extraordinario dedicado a
l
Centenario de don Pedro Calderón de la Barca.)
4.Los asturianos de ayer: El ilustrísimo señor don José Francisco Uría.(EnEl Carbayón,Oviedo, febrero 26 y 27 de
1886,
con la firma deGermán Alvarez.)
5.Jesús y los Evangelios.(EnEl Carbayón, Oviedo, marzo de 1899; varios números con el anagrama deJuan
Valmaseda
y Ortiz.)
6.Los asturianos de ayer: El presbítero don Domingo Hevia, benedictino exclaustrado.(Idem, julio 9 al 14 de 1890.)
7.Tapia.(Monografía en el tomo III de la obraAsturias,Gijón 1900, dirigida por Octavio Bellmunt y Fermín Canella.)»
(Constantino
Suárez [«Españolito»],Escritores y artistas asturianos. Indice
bio-bibliográfico,Madrid 1936, tomo 1,
páginas
229-232.)
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