Lleva el coronel Rajoy largo tiempo esperando pora carta del juzgado para que responda por el podrido regimiento que manda; siempre cuando creía que llegaba la carta, una vez más se le demoraba y la angustía de la soledad lo inundaba cuando el canto del gallo le despertaba como herencia que el odiado Aznar le había dejado, al no saber porque lo había elegido en vez del todo laureado Rato. Ahora comprende que ser elegido no siempre es por bondad del padre, sino por el malvado padre. Al viejo coronel solo le queda el calor de su paciente esposa.
Un grupo de peperas trabaja en colaboración con políticos españoles en Arequipa.
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